Una parejita de adolescentes entonaba el Himno en las mazmorras de la dictadura en Santa Fe, hasta que un genocida les disparó a la cabeza. El 16 de septiembre, ventanita por la cual asoman los nombres de los adolescentes de la “noche de los lápices”, revive una de las claves del capitalismo impuesto en estos arrabales del mundo en los últimos cincuenta años.