Una historia larga y sostenida en el tiempo


El Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo nació hacia 1987 en una humilde capilla de Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires, con el impulso del Hogar Pelota de Trapo que conducía Alberto Morlachetti y el Hogar de la Madre Tres Veces Admirable que dirigía el Padre Carlos Cajade. Por aquellos tiempos el Obispo Novak ponía agua bendita en los sueños de los pibes que habitaban el lejano país de la intemperie. Supo ser el lugar de encuentro de 400 organizaciones no gubernamentales de todo el país junto a niños y jóvenes que se encuentran más cerca de la muerte que de la vida. Es la utopía contraria del modelo que omite generar lo humano: el país para todos.

La médula fue siempre la convicción de que sin trabajo no hay infancia, y por eso se generó en 1988 el encuentro de los chicos del pueblo en la CGT (Confederación General del Trabajo). Dos años después se realiza el Primer Encuentro Latinoamericano de los Chicos del Pueblo, organizado por el Movimiento con la presencia de las representaciones más combativas a favor de los derechos de los niños.

Desde la época fundacional el Movimiento denunció la matanza de Formosa (1989), la de Tigre (1992), la de Canning (1994) donde nos acompañó Joan Manuel Serrat. La lucha nos encuentra en los bordes de las ciudades, peleando en los barrios y en las Comisarías contra el sistema perverso que impide generar condición humana.

En 1997 lo que era un pequeño grupo de educadores se transforma en 2000 personas en el Encuentro de Educadores de Mar del Plata dispuestos a fundar una nueva ilusión de la vida. Allí decidimos incorporarnos a la CTA (Central de los Trabajadores Argentinos).

Bicicleteadas, pesebres vivientes, marchas que cruzan las cicatrices de la pobreza convirtieron al Movimiento en una fuerte referencia simbólica destinada a morigerar la represión contra los niños y los jóvenes.

Una nueva utopía de la Vida

Nuestras obras y programas han sido a lo largo de nuestra historia la expresión más elocuente de que es posible "una nueva y arrasadora utopía de la vida". Un contra-destino, que nos dice que nadie está a resguardo de la esperanza humana.

Porque hubo un niño, porque hubo otro, porque hubo muchos. Porque hubo caricias. Porque intentamos los insumos básicos de la crianza humana: la ternura, el pan, escuela, dignidad, belleza, invocar al ratón de las monedas, vestirse de guardapolvo blanco y danzar cuando los reyes anuncian regalos. Porque creímos que no había niño irrecuperable, sino circunstancias humanas que provocan abandonos o que le quitan sentido a la vida.

Porque creímos en la inmensa capacidad del ser humano como especie, porque creímos que el utopismo es una especie de compensación de las limitaciones históricas del presente. Porque decimos que hay utopía por razones no sólo teóricas, sino también por razones prácticas.

Porque una y otra vez apostamos a las ilusiones, a nuestros títeres, los globos, el trencito, los niños: “No hay verdad más armada que la pura inocencia”.

Desde la primera bicicleteada, desde cada marcha y cada recorrido por las geografías más profundas y olvidadas junto a nuestras niñas y niños, con cada uno de nuestros adolescentes hemos marchado por la vida y contra el hambre pertinaz que arrasa de la mano de un capitalismo cada vez más feroz.

Seguimos en el camino.

Con ternura venceremos.

Acta fundacional del Movimiento

Nacional Chicos del Pueblo

Porque hemos elegido a los chicos del pueblo como nuestro compromiso de vida, y a ellos nos hemos dedicado. Porque vivimos con ellos, en algún rincón de los barrios más olvidados del país. Porque nos hemos decidido a ofrecerles un futuro más digno que la calle. Y porque somos hermanos en este camino, aún cuando nuestras obras sean autónomas e independientes entre sí.

Nos hemos unido para promulgar la siguiente DECLARACIÓN de PRINCIPIOS, la que levantaremos como bandera donde los chicos necesiten.

1º) Las organizaciones que conformamos este movimiento, creemos que la convivencia cotidiana con la infancia olvidada, las experiencias concretas de trabajo con los chicos, ligadas íntimamente a la lucha política del campo popular, son las fuerzas humanas capaces de transformar el destino de nuestro pueblo. A esto nos dedicamos, desde una visión trascendente del hombre.

2º) Nos hemos decidido a acompañar a las familias más carenciadas, con quienes lucraron y lucran los imperialismos en Latinoamérica, creando sistemas de tremenda injusticia. Con ellas queremos construir los cimientos de un orden social más justo. Y desde ellas, acompañamos con especial atención a los chicos, por ser los miembros más débiles, y por lo tanto, en mayor situación de riesgo.

3º) Creemos en los chicos como sujetos históricos, partícipes activos de su formación. No creemos en la niñez como una etapa "menor" de la vida de las personas, sino como una enriquecedora posibilidad presente de ser feliz.

4º) Por lo anterior, nos negamos a pensar que los chicos sean: - depositarios de una caridad liberadora de conciencias. - objetos pasivos de la asistencia de instituciones públicas y privadas. - espectadores de la leyes, patronatos y decisiones que sirvan para protegerlos sin haberlos hecho partícipes en la elaboración de las mismas.

5º) Adherimos a la Declaración Universal de los Derechos del Niño, la Declaración de San José de Costa Rica y a los Derechos que otorgó la Nación Argentina a la infancia en la Constitución de 1949, que fue precursora del pronunciamiento de las Naciones Unidas.

6º) Dados los modelos de patronato utilizados en Argentina, en abierta contradicción con estos derechos, nos vemos obligados a realizar las siguientes observaciones: por el derecho que tiene el niño a una familia, CUALQUIER MODELO DE PROTECCIÓN QUE SE ALEJE DE ELLA, LA ASUMIREMOS COMO UNA VIOLENCIA EJERCIDA CONTRA LA INFANCIA. Por lo tanto, los modelos institucionales -orfanatos, institutos de menores, colegios- los rechazamos categóricamente, por no crear vínculos del tipo familiar, aún cuando no dudemos de la buena intención de sus fundadores.

7º) Los chicos abandonados o en riesgo de abandono, los consideramos hijos nuestros. Nadie desea para su propio hijo la crianza en un instituto, aún cuando sea en las mejores condiciones económicas.

8º) Defendemos a la familia de origen como responsable primera y preferencial de la crianza de sus hijos, aún cuando la aquejen graves problemas de relación, al punto de producir la expulsión de sus miembros más débiles. Familias expulsadas de su tierra de origen, de los circuitos de producción, ajenas a los avances tecnológicos patrimonio de toda la humanidad, no creemos que son victimarios de sus hijos sino las víctimas, junto a ellos, de políticas dependientes sobre las que ya nos hemos pronunciado.

9º) Por lo tanto, no apostamos a modelos que aíslen  a los chicos de sus familias, sino que acerquen, al punto de que pueda darse el regreso al seno del hogar primario.  En lo posible, abogamos por un regreso domiciliario -es decir, la convivencia bajo un mismo techo-. Si esto no fuera posible, todos nuestros esfuerzos irán en dirección a un regreso afectivo -es decir, una conciencia familiar que permita no culpar al padre o madre alcohólicos, castigadores o prostituidos, sino enmarcarlas dentro de la grave marginación social en que han sumido a las familias del pueblo-.

10º) Favorecemos la adopción sólo en aquellos casos en que los vínculos familiares de origen se encuentren totalmente destruidos, sin penar, desde la adopción, a la madre pobre, soltera, sola o menor de edad.

11º) Defendemos y propendemos a la creación de obras del tipo Hogares, Casas del Niño, Jardines Maternales, grupos juveniles, talleres cooperativos de trabajo, y toda obra que prevenga la llegada de los chicos a la calle y al diabólico circuito policía-juzgado-instituto.

12º) Aún cuando la ley así lo establece, y por el incumplimiento generalizado, reafirmamos que: a) el menor que comete un delito no se lo pena, se lo educa. b) por lo tanto, si no es posible de pena ni castigo, y si procede la privación de libertad, la misma no implica maltrato físico o moral. Tiene el derecho a recibir una educación que le muestre los límites de la libertad, por su contraparte de responsabilidad. También en estos casos abogamos por un modelo familiar, y no los clásicos modelos correccionales vigentes -del tipo carcelario- que han demostrado y demuestran su brutal ineficacia en la recuperación de los chicos.

13º) Denunciamos el sistema judicial para menores que viola de hecho las leyes vigentes, -aún cuando estas no sean las más deseables- y las más mínimas normas de dignidad del niño.

14º) Es inhumana la condición de los menores en comisarías, más si son los jueces de un sistema democrático los que avalan esta condición.

15º) Rechazamos también la internación de menores en cárceles, porque reviste el carácter de verdadero genocidio.

16º) Nos oponemos terminantemente al castigo corporal y psicológico del que son víctimas los menores en diversos momentos del nefasto circuito de la internación.

17º) El sistema jurídico imperante penaliza la pobreza y la interna en las instituciones cuyo único referente vincular estable son las paredes. El Poder Ejecutivo utiliza sistemas institucionales propios del siglo pasado cuando se pretendía esconder aquello que incomodaba a la sociedad.

18º) El Poder Judicial Provincial y Nacional trabaja con plena conciencia de que el sistema de internación del Estado genera las fugas necesarias para seguir internando.  De no ser así, y si se obedecieran las órdenes judiciales, se deberían construir: - Un instituto penal - Tres institutos asistenciales mensuales, lo que significaría, por ejemplo, techar la provincia de Buenos Aires en pocos años.

19º) Lucharemos por la derogación del decreto Ley Nº 10.067 (Pcia. de Bs.As.) de Patronato del Menor -promulgada en el último gobierno de facto- ya que fue inconsulta, avala una concepción internista, y no existe en ella la figura del Defensor del menor.

20º) Reivindicamos la Ley de Menores de 1948, precursora de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, que relegaba la internación a recurso de excepción y transformaba automáticamente todos los institutos existenciales en hogares, dándole al Estado, y por lo tanto al pueblo soberano, el papel que hasta ese momento, habían protagonizado las damas de beneficencia de la alta sociedad.

21º) Creemos en un Estado que nos pertenece porque somos nosotros mismos, y es derecho de los niños y de las organizaciones que los reúnen, la utilización de los fondos destinados a ellos, sin intermediación alguna ni trámites burocráticos engorrosos y elitistas.

22º) Los chicos son las responsabilidad de su propia familia, de la comunidad organizada, y por último del Estado que los protege y no los castiga. La política de minoridad debe darse en un contexto de diálogo con las organizaciones intermedias dedicadas al tema, las organizaciones de los trabajadores y los chicos como sujetos de su historia.

Todo esto es deseable, pero no parece posible a corto plazo. Sin embargo para que la humanidad avance, siempre es necesaria la presencia viva y actual de la utopía: ella no es imposible, sino el horizonte que indica el final de una larga marcha y de una ardua tarea. Por todo lo antepuesto,

RESOLVEMOS:

- La formación de un movimiento de hogares y Casas del Niño que respete la autonomía de trabajo de cada una.

- Este movimiento, en adelante denominado "Chicos del Pueblo" no pertenece orgánicamente a ningún partido político o iglesia, se dará sus propias formas organizativas y tendrá la facultad de delegar en algunos de sus miembros -elegidos democráticamente en asamblea- la representación de todos los integrantes.

- Chicos del Pueblo se reunirá con la periodicidad que sus integrantes consideren necesaria, atendiendo a que, dadas las características de estas obras convivenciales, esta periodicidad será respetuosa de las ocupaciones de los miembros.

- Podrán sumarse a este movimiento todos los grupos, organizaciones, asociaciones y obras que así lo deseen, con las únicas y excluyentes condiciones de coincidir con todos los postulados de la presente declaración, y haber asumido una tarea directa y preferencial junto a los jóvenes y a los chicos, conviviendo con ellos y sus problemas.

- Este movimiento firmará todos los acuerdos, solicitadas, declaraciones y comunicados de prensa o promoverá aquellas acciones directas que considere necesario para la defensa de los chicos, ya que creemos que son nuestros hijos no sólo los que integran nuestras obras, sino también:

- Los chicos en institutos

- Los que viven alguna situación de riesgo

- Nuestra declaración es también una invitación a todas las obras hermanas a sumarse a ella, si creen que la convivencia cotidiana con los chicos y sus familias como la herramienta capaz de salvarlos de la vida que quieren imponer los mercaderes internos y externos de nuestra Patria.

Florencio Varela, 30 de setiembre de 1987.

Hogar Pelota de Trapo -Alberto Morlachetti-; Hogar Lugar del Sol -Quique Spinetta-; Medalla Milagrosa, Florencio Varela -Miguel Hrymacz-; Casa del Niño de Quilmes, -Luis Farinello-; Hogar de la Madre Tres Veces Admirable -Padre Cajade-; Hogar La Casita de Moreno -padre Elvio Mettone-; Hogar MAMA -Juan y Ana von Engels-; Che Pibe, y más…


Suscribite

Suscribite al boletín semanal de la Agencia.

Sobre la fundación

Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.

Sobre la agencia

Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte