Tras cuatro años, un tribunal salteño sobreseyó a Yolanda Vargas a la que había culpado de la muerte de sus dos niños en el incendio de su vivienda. Pobre, marginada y con una vida de pura pérdida, hoy la caracterizó como “madre-víctima”. Durante ese lapso, la justicia no hizo más que horadar su dolor.