La fecundidad viene de lo más profundo del alma y de la tierra. La alegría generalmente es reactiva a un hecho externo. Una fecha o un regalo. En este caso, un día 21 de septiembre. Habría feliz primavera sólo y sólo si esa primavera fuera portadora de fecundidad, de fertilidad. No sólo de un renacer, sino de un nacer, una y otra vez.