Categoría: Sociedad

Lo que nos deja el niño “perdido”

¿Se lo tragó la tierra?

Los niños cotizan en bolsa, como el oro, la plata, el agua o el petróleo. Son tratados como mercancías. Y los programas de protección de la niñez son cáscaras vacías y no están a la altura de las prioridades. La historia de Loan nos vuelve a sacudir como sociedad.

Tramas oscuras alrededor de la desaparición de un niño

Loan, Guadalupe, Sofía, María Soledad, Marita. Niños o jóvenes cuyas desapariciones no hubieran ocurrido sin las trampas de la complicidad institucional. Historias ancladas en sociedades en las que, la oscuridad, suele construirse o abonarse desde los diferentes entramados del poder.

La muerte de un periodista

La muerte del periodista rosarino Leonardo Graciarena conmovió por lo que Carlos del Frade define: “vivir con la angustia derivada de la avaricia del poder de parte de los patrones de los grandes medios genera una muerte por implosión”. Su corazón respondió a estos estímulos y dijo basta. “Al final siempre estamos solos”, dice aún su estado de whatsapp. Pero se equivocó.

Subjetividades alteradas

Desde la desaparición de Loan a la condena de Alperovich.  La masividad, continuidad, justificación, estatización de prácticas aberrantes, les otorga un certificado de calidad. Desde el remanido “por algo será” hasta la complicidad del “no hay otra”. La absurda esperanza que de lo malo pueda venir lo bueno es un suicidio en cuotas.

De protestas y ladrillos

Esta semana, en el país donde en la bandera alguna vez brillaba el sol, 33 personas fueron detenidas por ejercer su derecho a la protesta.Será cuestión entonces de volver a tejer las redes por fuera de lo virtual. Reemplazar la validación tibia de un like a distancia, por la incómoda impostura de un abrazo de esos que tardan en acomodarse a nuestra silueta hasta encajar.

Güemes y Belgrano

Güemes y Belgrano, protagonistas de estos feriados de junio, todavía viven en las necesidades de las grandes mayorías. Que hoy están empecinadas en asumir un rol de colonia contra el que ellos pelearon hasta su muerte. Esos dos tercos y desesperados revolucionarios que hoy verían con tanta decepción el presente de la patria.

La otra solución final

Estamos en un momento fake de la historia. Se habla de golpe de estado con la inimputabilidad de las demencias que ya no se fingen. En honor a la verdad que queda, es el Estado el que golpea. Con el agravante de que son golpes planificados, con alevosía y agravado por el vínculo. Con el eufemismo de fuerzas de seguridad cuando son fuerzas de ocupación. Y en la zona de Congreso ocuparon todo.

La calle, un lugar en el inframundo

La muerte de un hombre que vivía en la calle interpela al sistema en su integridad. Hace dos años fue una bebé de tres meses a una cuadra de la Rosada. La insensibilidad y la crueldad de del capitalismo, en las grajeas del PJ vencidas o en verdugos libertarios. Siempre la pena capital cae en los más castigados.  

Narcobandas, grupos de tareas y chicos torturados

Hay una matriz que se repite hasta el hartazgo. Bandas narcopoliciales siguen en este presente desapareciendo pibas y pibes con la misma metodología que utilizaban los grupos de tareas durante la última dictadura. Hace un manojo de días, un chico de 15 años fue rescatado y sobrevivió a ese destino del que tantos pibes no pudieron escapar.

Matar el presente

Este Terminator no viene del futuro apocalíptico sino de un pasado, incluso lejano. De la Inquisición, de la trata de esclavos y esclavas, de las torturas a cielo abierto, de masacres, genocidios, exterminios varios. De las dictaduras, de los menematos, macriazos y otras pestes. Quizá seamos privilegiados.  Aún podemos pensar el pasado, el presente y el futuro.

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