Ante la peor avanzada reivindicativa de los mayores criminales de la historia, Ana y Elsa se suben al subte y relatan a los pasajeros ese retazo de vida. El secuestro y la tortura de Elba y la desaparición de Esther Careaga, abuela de Ana, arrojada viva al mar. Soportan las amenazas y los insultos. Y hacen la memoria otra vez.