Lo asegura un informe de la UCA. En un conurbano con una población de unos 8.200.000 pibes y pibas, 7 de cada diez son pobres y el 16,3%, indigentes: no comen, viven en la calle o en un asentamiento y su escolarización es escasa. El 15 % tiene hambre. Mientras tanto, el poder discute desde sus propias ambiciones.