Hay un futuro colectivo en riesgo. Ayer la calle se encendió ante tanta amenaza de destrucción. Esa calle que es el único escenario de la resistencia y la rebeldía. Para defender a la educación pública en ese prisma que apuesta por volver a soñar con un futuro digno de ser construido y vivido. Ahora la palabra está en el Congreso.