En uno de los vecindarios históricos de Posadas, el Patotí, un juez ordenó el desalojo de un merendero comunitario donde todos los días acudían 30 niños y niñas. Pese a tratarse de un espacio certificado por el RENABAP, la policía lo desarticuló en beneficio de un particular y dejó a más de 30 pibes sin contención.