Etiqueta: hambre

Así no es la vida

Hay tantos miedos a la libertad, según enseñó Erich Fromm que se disuelve todo en amor a la esclavitud. Las guerras de liberación han sido olvidadas y hoy celebramos los triunfos de la alienación. En su momento, Gregorio Baremblitt me dijo que uno se podía alienar con cualquier cosa incluso con la teoría de la alienación. Y así es nomás.

La Generación de Cristal y los viejos espejos de colores

Historias atravesadas por sometimiento y opresión: un mercado laboral inexistente, una proyección identitaria que no trasciende el hoy y los sueños. Como antecedentes, el historial de derroteros genealógicos: son hijos y nietos de trabajadores que, bajo la premisa del esfuerzo que todo lo consigue, tienen que seguir yugando para poner un plato de comida en la mesa.

Paltas y propiedad: la ley de gravedad

Robó 16 paltas de un árbol en una escuela. La justicia desplegó toda su maquinaria para juzgarlo. Al árbol se llegaba desde la calle, el hombre no hizo nada que pusiera en peligro a la niñez asistente y lo hizo para evitar el hambre de su familia.

¿Por qué no lloras por mí Argentina?

No hay pobres. Solamente hay empobrecidos. De varias generaciones. Y empobrecedores, que ostentan la dudosa legitimidad de considerarse ricos y famosos. El afirmacionismo democrático representativo no registra esta masacre de niñas, niños y jóvenes.

Y la infancia no aparece

Y la infancia no aparece en los discursos. Ni en las perspectivas de amanecer que son tan mezquinas. No aparece en las campañas ni en el reparto del ajuste propio, el que el mismo gobierno acorralado por un acreedor que podría haberse neutralizado con coraje, asume como costo a pagar: la dignidad y la felicidad de las madres y los padres de los 7 de cada 10 niños pobres.

Los únicos privilegiados no son los niños

En la actualidad de la cultura represora, los únicos privilegiados no son los niños. Apenas son un puñado de adultos que detentan más poder que el Estado Empobrecido. Así paga el diablo a sus cómplices más serviles. Ya no se trata de restaurarles privilegios. Pero sí se trata de no seguir arrancándoles sus derechos.

El estallido del desencanto y la zozobra

El político siempre habla de aquello que no les cambia nada. Que los ignora porque no son. Hasta que un grupo de diez mercenarios seguramente organizados rompe una vidriera y los descartados de este mundo se iluminan con la posibilidad de tener aquello de lo que fueron privados con planificación y eficacia.

La entrega del poco país que va quedando

Los más empobrecidos, los nacidos de vientres desdichados, poco quieren saber de elocuentes discursos, solo tienen la convicción de que todo recaerá sobre sus espaldas. Sus miradas se posan sobre la mercadería secuestrada en vidrieras de un mercado impiadoso en los que la “libertad de comprar y vender” no figura en el catálogo de sus derechos.

Poner el cuerpo y el alma

La calle no es un lugar para vivir. Cómo pedirle a alguno de estos dos pibes que puedan pensar en un futuro. Cómo pedirles que en un tiempo no sean agresivos y quieran tener, aunque sea robando, lo que otros, pobres como ellos o de clase media de Almagro, tienen todos los días. Una cama, una taza de leche, unas buenas zapatillas.

El Rey León y los grasitas de Eva

Los grasitas de Eva votaron a Milei. Porque apareció de la nada, como un elfo. Porque grita en los actos, dice viva la libertad carajo y desprecia a todos. Les dice casta y promete que se les va a terminar. Pero defiende a Menem y la dictadura no se toca. Los nietos y los bisnietos de los grasitas de Eva engordaron en estos años una mayoría de descartados sistémicos.

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