Son madres y padres que murieron devorados por la impunidad por la desaparición o muerte de sus hijas e hijos. Esta vez fue Nilda Aguilera, mamá de Florencia Penacchi. Como antes fueron Mariana Márquez, María Inés Cabrol o Federico Cash. Nilda decía que “la impunidad construye un muro de silencioso encubrimiento”.