Cuando Rosario fue saqueada por las políticas económicas y devino en ex ciudad industrial, su fútbol declinó protagonismo. ¿Dónde están los pibes que no paraban de debutar y convertirse en figuras de las selecciones juveniles y luego en la mayor? Hace rato que en la ciudad de los pobres corazones, como diría Fito Páez, minorías mafiosas ganan usando la vida de pibas y pibes desesperados.