Los vetos a leyes que apuntan a la financiación de la educación pública, de la sobrevida de la vejez, del sostén de sectores sociales caídos en picada, no generan la inquietud que sí producen los mercados. A quienes se ofrendarán todos los recursos que se niegan a la salud y a la educación, a los millones de empobrecidos, a la niñez y a la vejez.