El Estado es débil cuando debe abrigar. Pero fuerte y atroz cuando decide matar. La bonaerense mató a un joven en Mar del Plata. La gendarmería asesinó a otro en Jujuy. Con 2200 kilómetros de diferencia, la facilidad de los gatillos es la misma. La impunidad de las fuerzas del estado es la misma.