La historia desparramó gobernantes ciegos que no han visto la tierra ocupada. Roca leyó como desierto el mapa de la Patagonia. Bullrich no ve más que guanacos en Chubut. Un funcionario de Felipe Solá aseguraba que las megafactorías se debían ubicar en Chaco o Catamarca, “lugares del país donde no hay nada”. Abajo, para los gobernantes, no vive nadie.