Etiqueta: hambre

El norte santafesino, impunidad de saqueadores

En Villa Ocampo el ingenio Arno fue fuente de trabajo y explotación. Después de tres décadas de la quiebra –la firma era propietaria de la destilería, la papelera y el ingenio- muchos trabajadores murieron sin cobrar un peso. Ahora les notificaron a los que quedan que van a cobrar cerca de cien mil pesos. Les debían 40 mil dólares. En la tierra de la rebeldía

La violencia de arriba es crueldad

El déficit 0 es violento.  Porque lo consiguen matando a los que no tienen nada. Ni siquiera tienen su vida. Nada más violento que colocar a todas las violencias en el mismo plano. El torturador y el torturado. El hambreador y el hambreado. El abusador y el abusado.  No todas las violencias son iguales: la violencia de arriba es crueldad.

La universidad, fuera del banquete de los héroes

Los vetos a leyes que apuntan a la financiación de la educación pública, de la sobrevida de la vejez, del sostén de sectores sociales caídos en picada, no generan la inquietud que sí producen los mercados. A quienes se ofrendarán todos los recursos que se niegan a la salud y a la educación, a los millones de empobrecidos, a la niñez y a la vejez.

Los únicos privilegiados

Cada momento de la historia se caracteriza por quienes son los privilegiados. Siempre hubo privilegiados. Siempre hubo pobres. Siempre hubo ricos. Pero que no se hable de pobres, sino de empobrecidos. Pobres es un ser. Es una identidad.  Empobrecidos es el resultado de un proceso. No es un ser. Es un estar. En situación de pobreza fue la cobarde sustitución del sujeto por la situación.

Criminal

Casi siete de cada diez niños es pobre. El 66,1 de los que no llegan a los 14. El 27% es indigente. Más de uno de cada cuatro pasa hambre. La infancia es cada vez más pobre en la Argentina. En los últimos nueve meses se empobreció exponencialmente. A las 16 el INDEC lanzó los números. A las 16,02, foto de la Hermana con Susana Giménez y el perro. Más tarde, salieron al balcón.

Jubiladas/ jubilados del pueblo

La otrora clase pasiva ejerce por derecho propio una actitud corajuda, valiente, coherente, consistente y creíble una parte fundamental en esta etapa de la batalla cultural por una segunda y definitiva independencia. Por eso, creen, viejos y viejas deben ser exterminados. Porque tienen recuerdos, memoria histórica de cuando la idea y la motivación correspondían a horizontes revolucionarios.

Fabricia y la infancia como protagonista de su tiempo

Una niña de diez años con los ojos ardientes de gas pimienta desata un debate estéril: si su madre debía llevarla o no a una marcha. Sin analizarse debidamente el problema real: las condiciones de vida que las llevaron allí. La infancia y el fuego sagrado de ser sujetos políticos de transformación.

Para los viejos, palos y gases

Ochenta y siete héroes le pusieron un freno a los degenerados fiscales, dijo el presidente. Llamó héroes a las baratijas que compró por nada. Y degenerados fiscales a los que se animaron a votar una yapa infame para los viejos. 16.880 pesos por mes para los jubilados que cobran la mínima. Esa era la cifra inmensa que arruinaría el superávit fiscal. Todo les fue negado. A cambio, gases y palos.

Alta en el cielo un águila bardera

La batalla cultural de las derechas es repudiar y sustituir el fundamento de la humanidad. Que no es otro que la cooperación, el dispositivo colectivo, la ayuda mutua. Lo han intentado muchas veces. Siempre han fracasado y siempre fracasarán. No nos ganarán ni con su inteligencia artificial ni con su estupidez natural, dice Alfredo Grande.

Masacre cultural

No es una batalla cultural sino una guerra. Pero en realidad una masacre, porque en una guerra hay combatientes. La masacre cultural incluye que la Libertad sea una palabra vaciada por la variante argenta del fascismo. Porque la libertad de morirse de hambre no es libertad: es esclavitud. 

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