El boletín de la caja nacional de ahorro postal se llenaba con estampillas y se canjeaba por pesos. Era el culto al ahorro. La marca indeleble de que futuro se escribía con la misma F que Fortuna. Hay muchas desilusiones. Algunas terminan en cicatrices. Una de ellas fue el intento de canjear el boletín algunas décadas después.