Viven como épica histórica, su cruzada feroz por la demolición del estado y la entronización del individualismo como salida. Fundaron una nueva grieta: los que soportan la desgracia y los que se regodean con el sufrimiento del resto. Son la muestra más perfecta de la impudicia y el descaro. En un tiempo en el que los datos de pobreza que muestran tienen un delay de tres meses.