En una avenida comercial de Avellaneda, dos chicos de 14 y 10 años llegan con un carro de supermercado y se detienen ante el contenedor de basura. En esta avenida hay contenedores de basura. En el resto hay bolsas que se amontonan, que rompen los perros para disputar su propia hambre, que se arrastran a las alcantarillas, para que la pobreza, encima, se inunde.