Se pusieron las whipalas, la piel oscura y los ojos fuertes y salieron a Corrientes a las nueve y media de la noche del sábado. Una noche primaveral donde todos fueron a buscar la pizza y a ver el teatro y a gastar lo que hay y a desahogarse por lo que vendrá. En esa intensa noche de sábado aparecieron las whipalas y una canción que no era de allí.