Por Liliana Bodoc Le llamo poesía, le llamamos, a la aplomada hilera de ladrillos, a la sopa fragante, al cuaderno de puntas estropeadas. Le llamo, le llamamos, poesía a la espalda doblada de los viejos transformados en signo de pregunta. No importa si nos sobra el decasílabo o si nos falta la rima. Le llamamos […]