Los niños, niñas, jubilados, jubiladas, pueblos originarios, población excedentaria, somos, lo sepamos o no, gazatíes en el corto plazo. Es posible que ya lo seamos, aunque cuando es demasiado triste la verdad, habitualmente no tiene remedio. Los daños colaterales ni siquiera se usan como eufemismo. La hambruna no es un daño colateral de la guerra. Es un arma de guerra.