Nunca la ira de dios se dirigió a los que hambrean niños y niñas o matan mujeres o hacen explotar pueblos, escribe Alfredo Grande. Ni menos a los que bombardean plazas, para desde su miedo absoluto, intentar voltear gobiernos. Qué selectiva es la ira de dios. Quizá la ira de dios sea solamente para los pobres.
