La celebración del 35 aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño tiene un anverso que es la reafirmación de que niñas y niños tienen derechos. Pero tiene un reverso que es la absoluta falta de cumplimiento de todos esos derechos. El capítulo de derechos económicos y sociales no sólo está absolutamente incumplido, sino que está groseramente vulnerado.