Vicentín, Messi y salir a “soldadear”

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Por Carlos Del Frade

(APe).- Mientras las jugadas de Vicentín y la fundación Messi abruman por sus millones de pesos y la delicada forma que son tratados sus casos en los grandes medios de comunicación regionales y nacionales, hay pibas y pibes que en las entrañas de las calles santafesinas ya no tienen posibilidad de recibir el abrazo de un plan social llamado “Nueva Oportunidad”. Chicas y chicos que, entonces, necesitan hacer otras cosas. Salir a soldadear, por ejemplo.

Vicentín se convirtió en la primera agroexportadora de la Argentina superando nada menos que a Cargill. Vendió por 118 mil millones de pesos, casi 230 mil pesos por minuto. Recibió más de trescientos millones de dólares del Banco Nación y en agosto de 2019 dijo que estaba en estrés financiero. Miles de personas dependen de las por lo menos veinte empresas que componen el grupo.

Su cuna es Reconquista – Avellaneda, dos ciudades del norte profundo santafesino apenas separados por el flaquito brazo del Arroyo del Rey, como el Riachuelo separa Capital Federal de Avellaneda o el arroyo Saladillo, Rosario de Villa Gobernador Gálvez.

Aquel nacimiento fue 1929 y desde entonces se ha convertido en un jugador privilegiado entre las empresas que representan al gran capital en la Argentina de los últimos dos siglos. Como tal repite matrices: desaparecedora en los años setenta, favorecida por el estado de la dictadura y la democracia, perdonada en sus deudas con el exterior en los años ochenta y siempre presente en las decisiones económicas e impositivas de la provincia de Santa Fe y la Argentina.

En los últimos meses de 2019, cuando ya no pagaba, su cuenta corriente en el Banco Nación de Reconquista – Avellaneda movió nada menos que 795 millones de dólares. En la última semana de febrero de 2020, medio millar de familias no saben qué significa la palabra futuro porque fueron suspendidas allí mismo, en la cuna, en la geografía del nacimiento de Vicentín.

Pero el presente y el futuro de la familia Vicentín están asegurados por décadas: la revista “Forbes” publicó en junio de 2019 las cincuenta familias más ricas de la Argentina. En esa lista de privilegio, la familia acomodada de Reconquista y Avellaneda, el apellido intocable en esos parajes, tiene un patrimonio de 560 millones de dólares, es decir, aproximadamente, 34.720 millones de pesos.

Los integrantes de la familia Vicentín, más allá del estrés financiero y la cesación de pagos, no sienten lo mismo que las familias de las y los trabajadores de cualquiera de sus veinte empresas.

Ahora se abrió un concurso de acreedores de incierto final para las y los trabajadores del grupo. Prometen pagar la deuda con el Banco Nación que durante el macrismo jugó de activo cómplice de estas maniobras en diez años, apostando, una vez más, como en toda la historia del gran capital en Argentina, a que el estado financie la fiesta privada de unos pocos. Una postal más de la genealogía del gran capital, de su manera de crecer y desarrollarse.

Dicen desde el periodismo deportivo que no parecen ser buenos tiempos para Barcelona ni tampoco para Messi.

En estas pampas, en la cancha grande de la realidad santafesina, algunos trabajadores de la justicia comenzaron a ver otro tipo de gambetas de la familia del rosarino a través del manejo extraño de las cuentas de sus fundaciones privadas que tienen, según sus estatutos, el único objetivo de producir donaciones con fines sociales.

La misteriosa Unidad de Información Financiera de la Argentina, a pedido de la justicia federal de estos rincones del cosmos y de magistrados españoles, hizo un seguimiento de los dineros de la Fundación Messi y encontraron muchos goles en contra de la legalidad.

Una de esas jugadas fue la contratación de la Constructora 1 para edificar unas instalaciones en un campo de fútbol presupuestadas en 16 millones de pesos, menos de la mitad de las cantidades pagadas por la fundación. Los pagos se realizaron desde España y desde Argentina.

Así, la matriz, domiciliada en Barcelona, aportó más de catorce millones de pesos, mientras que las dos filiales con las que operan en Argentina, Fundación Privada Leo Messi Argentina y Fundación Privada Leo Messi, transfirieron o entregaron cheques por valor de 11,7 y 10,8 millones de pesos, respectivamente. El informe llama la atención sobre el hecho de que la fundación comenzó a realizar pagos a la constructora en el año 2014, que son «anteriores al proyecto de construcción».

La fundación, representada por el padre del futbolista, Jorge Horacio Messi, adquirió un terreno el 27 de diciembre de 2017 por unos 600.000 euros. El propio Jorge Messi comunicó por escrito al Banco de la Nación que en ese solar edificaría unas instalaciones Constructora 1, empresa que cobraba de la ONG desde al menos tres años antes.

Por otro lado, la compra del solar, que se registró en dólares americanos (627.000), fue abonada «en efectivo», según el informe. Los investigadores de la UIF destacan que se pactó un pago inicial de 300.000 dólares, pero ese movimiento no figura en las cuentas de la ONG. Después había al menos doce cuotas de 25.000 dólares cada una, pero en los balances bancarios «pudieron identificarse sólo ocho pagos mediante cheques».

Constructora 1 trabajaba en paralelo para el futbolista. De hecho, el informe entregado al juez de Buenos Aires Gustavo Meirovich, quien inició la causa, recoge que la promotora ha recibido casi 73 millones de pesos argentinos, repartidos casi al 50 por ciento: la fundación ha pagado los citados 36,7 millones, mientras que Messi abonó a título personal 36,2 millones. Lo hizo mediante dos transferencias: 600.000 dólares el 19 de julio de 2018 y 540.676 el 21 de noviembre del mismo año, que equivalen a algo más de un millón de euros.

“La hipótesis con la que trabaja la investigación es «la presunta utilización de la Fundación Privada Leo Messi para canalizar fondos por sumas significativas de dinero cuya aplicación no guarda relación con el objeto social de las mismas». De hecho, de un análisis de 364 cheques girados por la fundación, apenas el 7 por ciento de los fondos se destinó a las donaciones «en el marco de su objeto social»”, termina diciendo una nota del conocido diario español “ABC Deportes”.

Mientras estas jugadas de Vicentín y la fundación Messi abruman por sus millones de pesos y la delicada forma que son tratados los casos en los grandes medios de comunicación regionales y nacionales, hay pibas y pibes que en las entrañas de las calles santafesinas ya no tienen posibilidad de recibir el abrazo de un plan social llamado “Nueva Oportunidad”.

Chicas y chicos que, entonces, necesitan hacer otras cosas.

-Salen a soldadear – dice un militante social lúcido, valiente y comprometido con la suerte existencial de las pibas y los pibes.

Soldadas o soldados de narcos protegidos por los nichos corruptos de las fuerzas de seguridad.

La misma realidad.

Por un lado la impunidad de los representantes del gran capital, maniobras que los hace ser delincuentes de guante blanco y, por el otro, la realidad existencial de los que son más y hasta aman a Vicentín y Messi.

No es contradicción. Así funciona el capitalismo.

Edición: 3956


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