Mario y la eficiencia de La Santafesina S.A.

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Por Carlos Del Frade

(APe).- -Puede estar la sensación de que todo el trabajo desplegado no alcanza, pero el camino a seguir es éste. En el primer semestre se detuvieron 12.000 personas, y 900 fueron recapturadas. La mitad correspondió a Rosario: 5.400 personas detenidas y casi 600 menores de edad. Se secuestraron 1300 armas de fuego –dice el jefe de La Santafesina SA, el comisario Marcelo Villanúa.

Lo dice convencido.

Allí está la efectividad de la seguridad que reclaman desde el poder y segmentos importantes de la sociedad.

La policía de la provincia de Santa Fe detuvo en el primer semestre de 2018 una ciudad entera: 12 mil personas. Una comuna se convierte en municipio cuando supera los 10 mil habitantes.

Pero Villanúa quiso decir y necesitó decir el otro número que marca la eficiencia de su implacable fuerza: 600 menores de edad detenidos.

Una vez más el discurso de la mano dura.

Castigar, especialmente, a los “menores”, a los que no llegaron a los dieciocho.

No importan los que lavan el dinero del narcotráfico, ni tampoco a los que aumentan su patrimonio con la trata de personas o el mercado negro de armas.

Siempre hay que castigar abajo, bien abajo.

Quizás por eso durante el fin de semana, La Santafesina SA, parte de la Prefectura Naval y la Gendarmería Nacional que dicen coordinar tareas para combatir los delitos mencionados más arriba estaban parapetados controlando la asamblea de los 49 trabajadores despedidos y desesperados de la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán, en el departamento San Lorenzo, muy cerquita de Rosario.

Control social, no seguridad.

El peligro son las pibas, los pibes y los trabajadores que no se resignan a ser arrojados al agujero negro de la desocupación.

Y en los barrios las víctimas son, como casi siempre, los pibes.

“Mario Barboza era un vecino querido y valorado en Ludueña. Tenía 23 años y era técnico en sonido e iluminación, oficio que había aprendido en los talleres de la capilla Santa Rita, lugar del fallecido cura Edgardo Montaldo, icono del trabajo social en el barrio.

Desconsolados, familiares y amigos no encontraban explicación al asesinato del joven, ejecutado el jueves al amparo de la noche luego de que regresara a su casa luego de comer en lo de su tía. En forma despiadada, unos tiratiros lo persiguieron y lo balearon por la espalda.

El asesinato desnudó otra vez la poca acción preventiva de la Policía, que de acuerdo con el testimonio de vecinos, poco hace para que esa zona no se convierta en tierra de nadie”, dicen los medios de comunicación regionales del viernes 17 de agosto de 2018, el mismo día que los obreros de la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán se enteraron de sus despidos, la misma fecha que el comisario Villanúa se ufanaba de su eficiencia punitiva.

-Otra vez la Parca pasó por el barrio. La violencia en los territorios no para. Lejos de cesar, cómo si se reinventase, el cronómetro se activa cada vez más cerca del cero y ahí no tenés chance. Anoche detonó en Ludueña. Cerquita, tan cerquita que se sintió el chiflete atrás de la nuca. Cuando explota ya no hay tiempo. Explotó. Le tocó a Marito. ¿Qué hacemos con tanta rabia? De verdad, ¿qué vamos a hacer? – escribió, entonces, un militante del barrio Ludueña, de Rosario, ante el asesinato de Mario.

La rabia, en realidad, no viene de abajo, sino de arriba.

De los que concentran y extranjerizan las riquezas.

De los que hace rato intentan convencer que la seguridad será sinónimo de la guerra sin cuartel contra la pibada y el pobrerío.

Fuentes: “Rosario Plus”, viernes 17 de agosto de 2018. Diario “El Ciudadano”, de Rosario, viernes 17 de agosto de 2018. Entrevistas propias en la asamblea de los trabajadores despedidos de la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán, el sábado 18 de agosto de 2018.

Edición: 3686

 

 

 

 

 


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