Primeros auxilios

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Por Oscar Taffetani

(APE).- Tres muertos, 800 evacuados que no pueden regresar a sus hogares y pérdidas económicas por 2.500 millones de pesos son el saldo provisorio de las intensas lluvias y las inundaciones provocadas por el desborde de ríos en el sur de la provincia norteña de Tucumán.

 

A esa provincia concurrieron esta semana la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner, un par de secretarios nacionales y decenas de técnicos del citado ministerio, a efectos de mostrar que el gobierno nacional no permanece insensible ni ausente en la emergencia.

“Hay un Estado presente, que está trabajando y lo seguirá haciendo con el mismo compromiso y responsabilidad", afirmó con inocultable intencionalidad política la ministra, mientras recorría el área de desastre junto al gobernador José Alperovich.

Así es el juego por estos días: candidatos de la oposición que recorren las playas y saludan simpáticos a los veraneantes; o bien abnegados funcionarios del gobierno que son capaces de renunciar a sus vacaciones para mostrar que su único desvelo es solucionar, uno por uno, los problemas argentinos.

El ruego oculto (nunca confesado) de ambas clases de candidatos es: que todo lo malo que pase, le pase al otro.

Así, un desborde de cualquier tipo -sea pluvial, social, deportivo o mediático- será inmediatamente convertido en herramienta de campaña, a favor o en contra de un candidato.

Mientras tanto, el pueblo pobre, ése para el que la lluvia “no es ninguna canción en las ventanas”, está solo y espera.

Con suerte, le llegarán los primeros auxilios: un bidón de agua potable, una caja de alimentos, una manta, un botellón de lavandina y una cartilla del Ministerio del rubro, con instrucciones que (acaso) sepa leer: “qué hacer con la ropita del bebé”, “qué hacer si encuentra animales muertos”, “qué hacer si hay cables de electricidad cortados”...

La crecida de los ríos (por esa propiedad física que tiene el agua, desde tiempos inmemoriales) llegará a otras provincias, alertará y preocupará a otros gobernadores. Servicios meteorológicos nacionales e internacionales ya están comprometidos en la campaña (sanitaria, ambiental, política) del año 2007.

Entonces, cada vez que llegue el pedido de un gobernador, de un intendente o de los vecinos de un pueblo, el Estado nacional -siguiendo la regla ya enunciada- se hará presente. Y prestará los primeros auxilios.

Mientras todo esto ocurre, los proyectos de ley de preservación del bosque primario argentino duermen el sueño eterno en los cajones legislativos.

Mientras todo esto ocurre, las canalizaciones y obras de ingeniería hidráulica anunciadas nunca empiezan.

Y en los cordones más pobres de las ciudades se multiplican los asentamientos precarios, sin agua potable ni cloacas ni defensas contra aluviones y desbordes.

La consigna de la hora es “estar presente” cuando la tragedia llame... y llevar el botiquín de primeros auxilios.

 


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