Voy a quemar esta tristeza


Por Alberto Morlachetti

(APE).- Septiembre amaneció con voz grave, no exenta de cierta castidad, que le otorga la palabra del tecnócrata que anunciaba que para no ser pobre se necesitan 795 pesos, números que sabemos cortitos y que nunca alcanzan la verdad. En agosto la canasta básica de bienes y servicios trepó a casi 800 pesos mensuales. Los ingresos de un matrimonio con dos hijos deben superar esa cifra de lo contrario hay que irse con la derrota a otra parte dejando un espacio que creyeron para siempre y donde imaginaron el amor.

El problema radica que el 70% de las personas que trabajan en nuestro país -en blanco o en negro- ganan significativamente menos que 800 pesos. ¿Cómo se mide el tamaño de nuestra pobreza?

Gelman diría voy a quemar esta tristeza: 1.600.000 personas que viven obligados por la tiránica, perentoria, y degradante necesidad de ser cautivos de subsidios de 150 pesos y definitivamente peor los 10 millones de humanos -¿o cuantos serán?- que no cobran nada o viven de la humillante caridad.

Para merecer el nombre de indigentes -que los inscribe en algún lugar de la estadística- necesitaban 363 pesos en agosto -Canasta de Indigencia- que no los saca del hambre ni de la mutilación de su dignidad, reciban planes o no.

Pero las cifras y tecnicismos son rituales necesarios del capitalismo en serio que para el 2010 ha de llevar mayores recursos a nuestro devaluado sistema educativo. ¿Pero llegarán enteros nuestros hijos -como dice Rabel Alberti- para saber que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada y que las estrellas errantes son niños que ignoran la aritmética?

Oscar Wilde decía que hay “pobres virtuosos”, pero los mejores nunca lo son. Rebeldes, capaces de morirse en la mitad de la belleza que canta en los centros del día, no aceptan los “socorros sentimentales” y pretenden sentarse en la mesa de los comensales del reino. La razón de los pobres engendra pesadillas. Y cuando todas las tinieblas se han dormido, hay ojeras donde empieza el sueño que reparte compañeros a los hombres.

Fuente de datos: Diario Clarín 11-09-05

 


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