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Por Carlos del Frade
(APe).- “En el norte santafesino, donde crecen los palmares, allí se encuentra un pueblito que se llama Los Amores. Dicen que no era un jardín ni tus mujeres son flores: para mi sos lo más lindo, pueblito de Los Amores”, son los versos que se repiten en cada convocatoria popular muy cerca del paralelo 28, límite entre las provincias de Santa Fe y Chaco.
Desde la escuela secundaria 560 aún sin nombre, impulsaron las “jornadas por la memoria y la militancia” y en 2008 lograron que la plaza del pueblo llevara el nombre del maestro Alberto “el Indio” Galarza, uno de los 30 mil militantes revolucionarios desaparecidos. Hijo de un obrero de La Forestal, Alberto nació en Tartagal, también en la geografía del departamento más grande de Santa Fe, Vera. Se recibió de maestro normal en 1968, cuando tenía solamente 19 años. Estudió Psicología en Rosario y de regreso al norte, ya militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores, comienza a enfrentarse con las burocracias sindicales de diferentes organizaciones.
“En 1974 su rumbo lo lleva hacia Los Amores para dar clases en la escuela primaria. Sus compañeros de trabajo lo recuerdan por su perfil bajo en la relación con ellos, silencioso y refugiado en el aula, usando siempre un poncho rojo para enfrentar el frío. Fiel a su estilo, se relaciona con peones de estancia estimulando el espíritu de la organización. Con dos agrupaciones, “Los toros orejanos” y “Los pueblos Olvidados” viajaron a Rosario a participar el VI congreso del Frente Antimperialista y por el Socialismo en el club Tiro Federal…allí en ese marco festivo de 25 mil personas el Indio ingresa al estadio con su peonada vestida en ropa tradicional”, cuentan las memorias que circulan en la escuela de Los Amores.
-El pueblo de Los Amores, capital del olvido, del tordo y la nutria, inundado en un 90 por ciento y con una calle transitable, solicita a las autoridades correspondientes una inmediata solución al problema de la inundación, construyendo para ello un puente sobre la ruta 3 que permita a las aguas seguir su curso natural hacia el arroyo Los Amores y por esa vía al Paraná…entre los otros anhelos de la comunidad de Los Amores se destacan los siguientes: la instalación de agua potable en la escuela número 46 cuyos trámites pertinentes ya encaró la comisión de ex alumnos, la instalación de una escuela albergue que permitirá la educación de los hijos de peones rurales, cosecheros y peones golondrinas, iniciativa ésta que es llevada adelante por los maestros de la localidad - escribía la Asociación de los Pueblos Olvidados el 26 de julio de 1974.
Cuarentaiún años después, el nombre de Alberto Galarza desde la plaza de Los Amores sigue exigiendo lo mismo.
En 1995, por ejemplo, Carlos Reutemann, entonces gobernador y hoy senador nacional apoyando a Mauricio Macri, prometió hacer una escuela secundaria nueva en un mes. Dos décadas después las pibas y los pibes, las maestras y los profesores, ruegan al Gauchito Gil y otras tantas entidades que los techos de las viejas casonas del ferrocarril levantadas a principios del siglo veinte no se les caigan encima mientras usan un solo baño y se las arreglan para prender los equipos de la FM Andares cuando hay tensión eléctrica. En esa escuela secundaria donde el agua potable aparece en bidones que generan furor en esas chicas y esos chicos que no conocen el sabor del agua potable porque los 32 años de democracia todavía no le trajeron ese lujo.
Para la directora de la escuela secundaria de Los Amores, Elizabeth Maidana, hay una relación directa entre la muerte por peritonitis de su querido ex alumno Ovidio Fernández, ocurrida el 27 de febrero de 2014, y la lucha que llevaba adelante el maestro Galarza denunciando la situación de los pueblos olvidados.
En viaje hacia el paralelo 28, la existencia de las pibas y los pibes demuestra la insoportable levedad de la democracia permitida.
Fuentes: Entrevistas del autor, material de la escuela secundaria de Los Amores.
Edición: 2891
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