“Vengadora anónima”

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Por Néstor Sappietro 

(APe).- La mentira anda suelta.
En estos días se pasea impunemente por los medios de comunicación, y hasta podría decirse que tiene sus propios espacios televisivos en los resúmenes semanales donde muy pocos resisten un archivo.
La mentira anda suelta.
Y en este mundo al revés, donde quien debiera informar desinforma, termina incrustada en nuestra vida burlándose de las víctimas cuando el delito lleva la empuñadura del Estado.
La mentira anda suelta.

Y uno, saludablemente, se afirma en la militancia de la sospecha ante cada titular, ante cada información, ante cada anuncio.

Finalizaba enero de este año y el diario “Crónica” tituló "Vengadora eliminó a ladrón". La protagonista de la noticia era una mujer llamada "vengadora anónima" por el diario, que había logrado "abatir a un hampón de 14 años". Luego, "la valiente mujer, escapó".

“Una vengadora anónima elimina a un hampón de 14 años”.
Dónde dice “elimina”, debemos entender: mata, asesina... Semejante complicidad con un fusilamiento produce una extraña mezcla de escalofrío y asco.
Suponiendo que la información (que no menciona ninguna identidad) hubiera sido cierta; ¿En qué manual de periodismo dice que se puede emplear el término “hampón” para referirse a un pibe de 14 años? ¿Cómo se puede llamar “vengadora” a quien termina de fusilar a un pibe?
La redacción de la noticia no resiste ningún análisis y sólo puede enancarse en la ola de satanización impuesta bajo la premisa de desterrar la inseguridad.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo mediático por “cubrir” las noticias (entiéndase por cubrir al arte de tapar, ocultar, desfigurar...) la verdad termina asomándose por alguna hendija.

Siete meses después, los padres del pibe de 14 años asesinado por la “vengadora anónima”, se incorporaron a la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y le pusieron un nombre y un relato a la desinformación aparecida en el diario.

“Lucas Jiménez, un pibe de 14 años de la barriada de Rafael Castillo, a comienzos de este año había ido a Merlo, Libertad, a pasar sus vacaciones del colegio a la casa de su abuelo materno, donde tenía su grupo de primos y amigos.
Era la madrugada del 30 de enero. Lucas, con sus primos y un amigo de su misma edad, caminaba por la avenida Eva Perón. Faltaban un par de cuadras para llegar a la casa. Fue allí donde recibieron una descarga de más de diez balas de parte de Noemí Mioniz, policía federal de 23 años, con cinco de antigüedad, que luego de herir en la mano a uno y herir de muerte a Lucas con tres impactos en el cuerpo, guardó su arma reglamentaria y subió al colectivo a prestar servicio a la división ingeniería vial y forense”.

A los pocos días, la "vengadora anónima" de “Crónica”, denunció que le había sido sustraída su arma en un asalto. Varias semanas después, pudo ser reconocida por los vecinos de la zona que a la hora de la balacera iban a tomar el colectivo para ir a su trabajo.

El diario eligió como fuente de datos a la policía, es decir, los victimarios.
Así es como desaparece la verdad. Así es como la mentira anda suelta. No da nombres ni detalles. Avala el asesinato de los pibes pobres y la destrucción de familias enteras. Garantiza que quienes arrancan la vida a nuestros pibes, les arrebaten también la identidad.
La mentira anda suelta, mientras los “vengadores anónimos”, caminan impunemente entre nosotros y hasta aparecen como héroes de la página diaria.

Fuente de datos:
CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) 11-09-09

Edición: 1600


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