Una sola víctima

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Por Sandra Russo

(APE).- La tormenta arreciaba en esa zona de Catamarca desde hacía un par de días. La lluvia y el viento, imparables, ya habían provocado anegamientos, cortes de caminos, desprendimientos de rocas en regiones montañosas, y daños en muchas viviendas.

 

En la localidad de Mutquín, en el departamento de Pomán, Milagro Noel Nieva, de ocho meses, dormía en la misma habitación de adobe que sus tres hermanos, de 4, 7 y 8 años, y su madre. El padre no estaba. Trabaja temporariamente en Pomán como sereno.

A las cuatro de la madrugada, la tormenta pudo más que el adobe. La vivienda estaba ubicada al pie de la montaña, a pocos metros del canal de riego. La lluvia torrencial y la crecida del canal embistieron contra la casa. Parte del techo de cañas y de una pared se derrumbaron. El estruendo sacudió al barrio. Los vecinos se despertaron y vieron la casilla destruida. Entre todos lograron rescatar a casi toda la familia Nieva. Pero no a la beba. Ella quedó atrapada entre los escombros.

Después llegó la policía de Pomán y bastante más tarde los bomberos, porque los caminos estaban anegados. No pudieron hacer nada. Lo que se había podido hacer ya estaba hecho. Lo perdido, perdido. Lo perdido fue la vida de Milagro. Horas más tarde un parte policial indicó que la beba no murió por aplastamiento sino por asfixia. Qué más da. Cuál es la diferencia. Cuando se nace en un hogar como el de la familia Nieva y hay tormenta, da lo mismo haber muerto por aplastamiento o por asfixia. Esos detalles apenas llenan unos renglones en un diario, si es que alguien decide dar cuenta de esa muerte como una noticia.

La noticia en cuestión puede, incluso, ser contradictoria, cruelmente veraz, ácida en sus conclusiones. Puede decir, por ejemplo, que la tormenta arreció en esa zona de Pomán desde el lunes, y que más allá de algunos destrozos y de la vida de Milagro, no hubo ninguna otra víctima que lamentar.

Fuente de datos: Diario El Ancasti - Catamarca 04-01-06


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