Una chiquita menos en el rompecabezas de la humanidad

Se murió doce horas después de que el INDEC colgara otro número más de injusticia.  Otro número frío, que no habla de nadie. Su muertecita anónima le puso cara a una luna en creciente con los planetas alineados. Que no se ordenaron para ella. Que se murió a metros no más de la Rosada.

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Por Silvana Melo

(APe).- Se murió despacito, en la noche de las cinco de la mañana. Dejó de respirar en una madrugada fresca de otoño, en la calle donde nació y vivió unos poquitos meses de esta vida tan poco piadosa con seis millones de niños empujados a la pobreza. Se murió doce horas después de que el INDEC colgara otro número más de injusticia.  Otro número frío, que no habla de nadie. Su muertecita anónima le puso cara a una luna en creciente con los planetas alineados. Que no se ordenaron en fila perfecta por ella, que se murió a metros no más de la Rosada. Ese refugio de día por donde pasa la gente que supuestamente decide por las vidas de todos. Sin verla a ella ni cuando entraban ni cuando salían. Sin verla tan chiquita y tan desgracia en la vereda del mundo, con dos papás y un hermanito nómades en la ciudad enorme. En el centro de la ciudad enorme donde siempre algo se recoge de los desechos de otros. En las puertas de restoranes y pizzerías.

Ella se murió apenitas, en la madrugada noche del viernes, cuando las cinco de la mañana se estaban sentando en la calle, al lado del carrito de supermercado donde tenía cuna. Se murió a metros de la entrada del Ministerio de Economía.

Ahora a los seis millones hay que restarle una.

En los 18 millones y pico de hombres, mujeres y niños empobrecidos queda un agujerito. Un hueco ínfimo con su figura. Aquella pieza del rompecabezas de la humanidad que queda incompleto para siempre cuando desaparece un niño. Así lo pensaba Alberto Morlachetti.

Así será la brecha mínima que deja en el mundo de acá, en la calle cercana a la Rosada, después de morirse ella. Que vivió tan poquito en la calle tan brutalmente calle de este otoño.

Justo ahora, que se precisan niños para amanecer.


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