Un país humillado

(APe).- En el comedor infantil del barrio El Arenal de Concordia mataron el miércoles 16 de abril a la tarde a un joven de 18 años llamado Sebastián Romero, apuñalado en momentos en que corría en defensa de su madre. Los lugareños aseguraron que los primeros incidentes con la familia de Romero se habrían dado hace al menos tres días, cuando la abuela del chico fallecido reclamó por una taza de leche a la encargada del establecimiento de apellido Berón. En las últimas 48 horas la situación se agravó cuando varias de las madres acusaban el miércoles a los encargados del comedor infantil por supuestos maltratos y una deliberada discriminación hacia la gente del asentamiento.

En realidad el tema de la pobreza nos coloca en el corazón de las cuestiones definitivas para el presente y el futuro de las nuevas generaciones. Hablar de pobreza es tocar el grave problema de la desigualdad, es preguntarnos por la credibilidad de la democracia, sobre la condición de los excluidos; es tocar el angustiante tema del trabajo-empleo, la desocupación; es interpelarnos por la salud mental, del estado espiritual de la sociedad, de los grados y exigencias de la tolerancia, de la convivencia y de la paz. pero abordar la cuestión de la pobreza es también tocar el tema de la corrupción como cuestión política, ética de significativas consecuencias sociales y económicas al que van estrechamente conexos el de la impunidad y responsabilidad por los desastres sociales y culturales, producidos en el mundo por el modelo económico neoliberal.

La muerte de Sebastián nos habla de los recelos infinitos entre los pobres, empujados a extinguirse, en un país que tiene aliento a infortunio, helado, moqueando humillación.

Fuente de Datos: El Diario de Entre Ríos 18-4-2003