Un cuarto de siglo de los Monos y Rosario

Por Carlos Del Frade

(APe).- Casi un cuarto de siglo que el apellido Cantero es protagonista de las crónicas policiales y judiciales del sur santafesino. Mucho más el nombre de la organización que fueron construyendo, “Los Monos”. Cuando el sábado 22 de enero de 2022, Lorena Verdún, la ex compañera de Claudio “el Pájaro” Cantero, el mítico jefe de la banda asesinado el 26 de mayo de 2013, le dijo al fiscal Matías Edery que siempre se las agarraba con la familia y que “esto no va a quedar así”, al mismo tiempo le advertía al juez Alejandro Negroni: “Fíjese lo que va a decidir”.

La mujer de solamente 43 años ponía en escena una sensación de impunidad que no venía solamente del poder de la gavilla narcopolicial. Pero más allá de las amenazas que no deben ser minimizadas, Verdún decía algo cierto y evidente, “Los Monos” no explican la totalidad de la violencia ni del narcotráfico ni del contrabando de armas en la zona del Gran Rosario.

Es una historia de casi veinticinco años si se tiene en cuenta la detención de Ariel Máximo “el Viejo” Cantero, mítico carrero que fue preso en 1998 cuando quiso traer cuarenta kilogramos de marihuana desde Corrientes a Rosario.

Ahora el detenido por potencial asesinato es uno de sus nietos, Uriel Luciano “Lucho” Cantero de solamente diecinueve años, hijo del “Pájaro” y Lorena. Cuando lo mataron a su papá, inicio de la serie de venganzas que explotaron los números de las estadísticas de los homicidios en la ex ciudad obrera hasta llegar al cuádruple de la tasa nacional, Uriel tenía solamente diez años. Evidentemente no hubo proyecto existencial que pudiera desviarlo del mandato familiar y hoy suele ser presentado como uno de los herederos del clan.

En la mañana del jueves 27 de enero de 2022, cinco nuevos allanamientos en domicilios relacionados con el clan Cantero arrojaron el secuestro preventivo de unos 660 mil pesos, una moto Tornado y celulares cuyo contenido será peritado, dijeron fuentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), fuerza policial que llevó a cabo este jueves las medidas judiciales.

“El grueso de las irrupciones se produjo La Granada, barrio –que junto al 17 de Agosto y Las Flores– es referencia de la banda Los Monos en el cual un mural recuerda al asesinado líder Claudio “Pájaro” Cantero. Luciano, uno de sus hijos con Lorena Verdún, cobró notoriedad en los últimos días, tras ser imputado como el instigador del homicidio de un amigo de la infancia Damián Gómez, y por el acopio de alrededor de 20 pistolas modernas valuadas en al menos 20 mil dólares”, informaron los medios.

Cuando “Los Monos” fueron llevados por primera vez a la justicia provincial por cinco homicidios y bajo la carátula de asociación ilícita, la investigación indicaba que fue en el año 2007 cuando se convirtieron en un “gobierno de facto” (textual de la causa) sobre las casas y las calles de los barrios La Granada, 17 de Agosto y Las Flores.

Un gobierno de facto. Sus propias leyes que dejaban de lado los gobiernos democráticos municipal, provincial y nacional. La política de los grandes partidos jamás respondió por qué fue posible la constitución de un gobierno de facto sobre tres barrios del sur rosarino a metros de la autopista que comunica con la Capital Federal del país devenido en semicolonia.

Los allanamientos del jueves 27 de enero tuvieron como objetivo la “búsqueda de nuevas evidencias sobre el tiroteo que sufrió un patrullero de la Policía de Acción Táctica (PAT) en el marco de la Navidad pasada. Una lluvia de balas en calle 507 al 1700 que según la investigación partió de las armas de Lucho Cantero y su entorno. De hecho, una grabación que se transformó en una causa de intimidación pública muestra a Lucho y amigos recibir el 25 con disparos al aire con pistolas y hasta un fusil en la terraza de la casa de Verdún en Arrieta al 1800, unas horas antes de la balacera contra los agentes que dejó un reguero de 60 vainas servidas.

Al menos dos de los sospechosos de tirar fueron detenidos esa noche y desde el 30 de diciembre se encuentran con prisión preventiva por tentativa de homicidio”, señalaron las crónicas periodísticas.

Los allanamientos son consecuencia de la investigación que llevan adelante los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, Matías Edery, Luis Schiappa Pietra y David Carizza por la que la penúltima semana de enero de 2022 fueron apresados Uriel Luciano “Lucho” Cantero y su madre, Lorena Verdún, de 43 años, en barrio 17 de Agosto junto a otras seis personas.

Tras esa veintena de operativos, los pesquisas secuestraron 25 armas de fuego, tres millones de pesos y vehículos. Lucho, de 19, fue imputado el viernes 21 de enero como presunto instigador del crimen de otro joven, Damián Gastón Gómez, asesinado de 10 balazos el 21 de junio de 2021 en Anchorena y Balcarce. Según el fiscal del caso, Gastón Ávila, Gómez vendía estupefacientes para el joven Cantero pero tras caer preso habría generado una deuda, que el hijo del Pájaro le exigía pagar.

Mientras agonizaba baleado, en la calle, Gómez envió una serie de audios de Whatsapp en los que dijo: “Me mandó a matar Lucho Cantero, denúncienlo”, contó el fiscal. Un tiempo antes le habían baleado la casa y el joven había dejado el barrio 17 de Agosto, territorio de Los Monos lindero a La Granada.

El sábado 22 de enero de 2022, Lucho Cantero también fue imputado, en otra audiencia, por intimidación pública y tenencia ilegal de armas luego de que le secuestraran un arsenal de 20 armas de fuego entre ellas pistolas 9 y 11.25 milímetros y rifles. En la misma audiencia fue imputada con prisión preventiva por dos años su madre, Verdún, por la tenencia de otra pistola calibre 9 milímetros, quien durante el procedimiento amenazó al fiscal Matías Edery al asegurar que siempre se las “agarra con la familia Cantero” y advertir que “esto no va a quedar así”.

Un cuarto de siglo de violencia, narcotráfico, contrabando de armas, lavado de dinero y silencios judiciales y políticos no es propiedad exclusiva de una banda narcopolicial barrial. Es la expresión de la consecuencia de un modelo de acumulación que pulverizó la ciudad que alguna vez fue obrera, industrial, portuaria y ferroviaria. Y eso no es culpa de “Los Monos”.

Edición: 4059