Tucumán y la clonación de Herodes

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Por Carlos del Frade

(APE).- Otra vez Tucumán. Algunos clonaron a Herodes en el llamado jardín de la república. Los taladores de chicos están en parte del Estado y en las empresas privadas. Pero es Herodes el que está detrás de ellos.

 

La cámara de la película tucumana que amenaza con nunca acabar y que tiene como protagonistas a los pibes, ahora se detiene en una escuela de Puesto de Uncos, en Burruyacu.

Desde hace catorce años las autoridades prometieron hacer un nuevo edificio, pero la promesa fue devorada.

La escuela que lleva el número 173, es un conjunto de cuatro casillas de maderas, la mayoría de ellas podridas.

Cien pibes acompañados por sus maestros aguantan su sueño de educarse a pesar de los pesares creados e inventados por los Herodes clonados en tierras que alguna vez fueron dulces y hoy parecen estragadas sin posibilidad de punto final e indulto para los pequeños. Para los que siguen pagando su condena de ser, indefectiblemente, portadores del futuro.

-Cuando hace frío y corre viento, todos los chicos nos amontonamos para el mismo lado- le dice Jonatan Alderete, de trece años, al periodismo de la región.

-El problema es que a veces los mapas de la escuela no alcanzan para tapar todos los agujeros de las paredes- explica Jesús Carrizo, de solamente once años.

-Y cuando llueve, la señorita pone baldes; pero lo mismo nadie viene a clases, porque en el aula nos mojamos más que afuera- agrega Ernesto Corbalán, de nueve años.

Ingrato destino de los mapas. Aquellas láminas que son capaces de hacer volar hacia regiones de misterios y aventuras, hoy deben tapar agujeros para que no entre el frío. En una escuela tucumana. En la misma tierra que alguna vez le gritaba al universo el deseo de un pueblo por ser independiente.

La escuela de Puesto de Uncos hace agua y los inundados son los pibes y las maestras. Los que resisten porque no quieren exiliarse del futuro.

La crónica de la 173 arrancó en 1917 y sigue como entonces. Funciona en una vieja casilla prefabricada, con tres aulas para 89 alumnos, de primero a sexto año.

-Si todos los chicos tienen los mismos derechos, ¿por qué los nuestros no tienen las mismas posibilidades para educarse en condiciones dignas?- se preguntaron los padres de algunos de los pibes de la escuela de Puesto de Uncos.

Los chicos se amontonan después de caminar o cabalgar entre tres o cuatro kilómetros.

Tienen en sus miradas la memoria del drama cotidiano y también la esperanza de toda la vida por descubrir. No abandonan como sí lo hicieron los estados nacional y provincial que no cumplieron con la propuesta de mejorar y ampliar las instalaciones de la 173.

Hay un solo colectivo por día y no pasa en horario escolar, remarca la crónica.

El viento, sin saberlo, también se hace cómplice de Herodes clonado, del que parece haber tomado por asalto la provincia de Tucumán desde hace muchos años.

-Tengo miedo que en cualquier momento se pueden volar las chapas. Cuando el viento es muy fuerte, la casilla tiembla- apuntó Oscar, uno de los chicos.

El Estado se hace presente solamente para las elecciones. Los padres de los pibes son cargados “como vacas” para que vayan a votar.

Después, el mismo resultado de siempre, las maderas de la escuela que ya piden gancho y los mapas que dejan de ser fabulosos alumbradores de misterios para convertirse en atajadores del frío.

Han clonado a Herodes. Está en Tucumán.

Los pibes de la escuela 173 de Puesto de Uncos resisten, pero solos, no podrán.

Fuente de datos: Diario La Gaceta - Tucumán 06-06-05

 

 


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