Tucumán: el operativo rescate naufragó

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(APe).- El hospital de Niños sigue lleno, el doctor Marcos dice que las muertes por hambre seguirán si no hay medidas sociales. En su reflexión, Marcos acotó que la dádiva del Estado crea dependencia. Porque lo esclaviza al hombre y le quita poder intelectual al no poder alimentarse y educarse como corresponde. Y esta política es la que permite a unos cuantos perpetuarse en el poder. Pasa exactamente lo mismo que la relación entre los países ricos y los pobres. Los países ricos no dejan pensar a los pobres; sólo nos dejan hacer y hacer. Los poderosos piensan y deciden por nosotros, y así nos dominan, expresó con indignación e impotencia.

 

La desnutrición no retrocede en Tucumán. La situación amenaza con empeorar si se tiene en cuenta que en las últimas semanas -por ejemplo-, en el Hospital de Niños aumentó alrededor del 30% el número de chicos con desnutrición de segundo grado y se mantiene la cifra de chicos con déficit nutricional de tercer grado, el más severo de todos. Fue el propio director del establecimiento, Lorenzo Marcos, quien manifestó: En estos momentos tenemos internados a 38 niños desnutridos: 11 de tercer grado; 17 de segundo grado y 10 de primer grado. Felizmente, desde enero no tuvimos ninguna víctima directa del hambre, detalló el pediatra.

Según el doctor Marcos, el déficit nutricional se mantiene, y prueba de ello es que en el hospital pediátrico más importante de la región no varía la cantidad de pacientes malnutridos internados.

El Operativo Rescate -dijo el pediatra- no rescató a nadie del hambre. Sólo sirvió para identificar a las familias que no tienen qué comer y beneficiar a los desnutridos que fueron trasladados a los centros asistenciales, y tuvieron la suerte de no morir por haber sido detectados a tiempo. Pese a que muchos me tildan de pesimista, insisto en que hasta ahora no hubo respuestas de fondo para revertir un problema que es estructural. En salud -y sobre todo en la desnutrición- las soluciones coyunturales sirven para calmar el hambre de un día, una semana o un mes. No sirven para nada más.

El doctor Marcos vaticinó que si se pretende combatir el hambre desde el hospital o desde la atención primaria de la salud, la guerra estará perdida. Porque falla el área social o no se le da la importancia que tiene, señaló.

Este problema -añadió -debe combatirse con respuestas laborales, sociales y educativas y, en última instancia, se puede brindar apoyo con bolsones y comedores comunitarios. La dádiva no soluciona nada, ni siquiera sirve de parche. Para Marcos, la dádiva sólo agranda el agujero que ya existe. El pediatra observó que la gente humilde, que antes se esmeraba en buscar un peso para llevar algo de alimento a su hogar, cuando se acostumbra a la dádiva se vuelve dependiente. Esta dependencia es denigrante para las personas que trabajan en algo; le quita valor a lo que hacen. Así, el agujero se agranda porque cada día la dádiva tiene que ser más grande, pero no alcanza para todos, se lamentó Marcos.

Mientras tanto la Lic. Graciela Salazar de Cáritas sostiene que no hay esperanza de vida; se subsiste en condiciones de alto riesgo y vulnerabilidad social. En términos de humanidad, el capital humano de nuestra provincia está destruido. La pobreza condiciona a la persona; el hambre la destruye. La pobreza, en términos de humanidad, no es un dato de la realidad. Es la persona, un ser humano que sufre, un niño al que el hambre ya le condicionó el futuro.

Fuente Gacenet : Lunes, 21 de Abril de 2003.


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