Más resultados
De “el Pibe” a “la Piba”
Por Alfredo Grande
(APe).- Mi amiga y compañera Marian Gay recordó hoy en su Facebook que a fines de diciembre de 2011 los sectores de izquierda marchábamos en Bs As en contra de la ley antiterrorista. Y con su implicación y memoria permanente menciona que el 2 de febrero de 2012 publiqué un artículo donde decía: "Ayer nomás se aprobó la terrorista ley anti terrorista con el “hipoglós discursivo” de que este gobierno no iba a usarla. Supongo que no iba a usarla contra las empresas depredadoras de suelos y aguas. Porque ya tenemos procesados, detenidos, apaleados por defender lo fundante de la vida. (...) Los gobiernos provinciales son copartícipes necesarios de esta canallada. Queda por ver en qué momento el Gobierno Nacional coloca en la grilla de los derechos humanos las básicas necesidades de supervivencia: agua, aire y tierra. El pueblo, que más sabe por pueblo que por viejo, sabrá bien qué hacer con Vetos, Decretos y Venganzas de clase. Y la traición a la patria será no sumarse a esa lucha."
Esta semana estuve como conductor del programa radial SUEÑOS POSIBLES , en la Plaza Lavalle. Frente a la Corte Suprema de Justicia el acampe de Andalgalá intenta que la cautelar de las megamineras no siga demorando la prohibición para saquear la tierra.
Seis años en que la cautelar convalida la ilegalidad de la extracción minera, porque viola entre tantas cosas, la ley de protección de los glaciares. Deseo que algún abogado invente el “habeas tierra” porque si hay “habeas corpus”, “habeas data”, la sufrida tierra también necesita ser protegida y cuidada. No hay mayor inseguridad que corromper suelos, aire y agua. Corrupción, degradación y extinción en incómodas cuotas de eso que llamamos vida.
El tuperware de oro y plata de los grandes magnates propietarios del planeta, eso que algunos llaman la cumbre de Davos, tienen todas las soluciones que son nada mas pero también nada menos, que los futuros problemas de los pueblos pobres y no tan pobres del planeta. Ya no somos patio trasero. Somos el basurero delantero, lateral y trasero de los opulentos del mundo. Los que leyendo en serio a Marx se han unido y concentrado. Y no son más que 30, quizá 40, billonario más, canalla menos. Ali Babá fue una profecía cumplida en una dimensión que ninguna leyenda pudo anticipar. Ni el cianuro en un rio conmueve a las bestias depredadoras. Planifican el sufrimiento, y a eso llamamos crueldad.
Los productos más exportables de Uruguay lo producen las pasteras. El crimen paga, la contaminación también. No les paga a los pueblos. Tampoco demasiado a los Gobiernos que administran esa forma de sociedad anónima e impune que algunos llaman Estado. Nuestra seguridad depende de compañeras y compañeros que viajan miles de kilómetros para decirles a los Supremos que no Pagan Impuestos que en una democracia, por más burguesa que sea, ellos deben ser custodios del santo grial de la ley. No templarios cobardes que estiran los tiempos para que a tiempo revuelto, ganancia de transnacionales de pescadores.
Dicen que la seguridad es un gendarme un fusil y una tanqueta, yo digo que la seguridad son mis hermanos que están defendiendo la tierra. Y no es plagio al cancionero de la guerra civil española (que en realidad fue un ejército masacrando a un pueblo) sino que es tributo y es recuerdo. Hoy la guerra civil está encubierta. La cultura represora lo resuelve eliminando uno de los términos del conflicto. Por ejemplo: no va la hinchada visitante. Pero ahora hay batallas campales entre jugadores. Algún genio propondrá jugar con un solo equipo.
La cultura represora arrasará con la idea y la praxis del conflicto, o sea, de la dinámica de oposiciones. Un mundo monopolar tendrá matices, pero no más conflictos. La solución final más perfecta. Un mundo blanco y de grises muy claros. Negros, mestizos, mulatos, y todas sus combinaciones, al infra mundo del estado residual y de la re pública agonizante. Enfriar la economía y congelar la vida. Pero para que los futuros congelados acepten por las buenas y por las malas ese decreto de maldad y urgencia, es necesario que la Seguridad sea Patrona de nuestra ciudadanía. Otro sermón de la Montaña se impone. El amor no es más fuerte. Lo más fuerte es el terror. Y fomentar el amor al represor.
Un funcionario del actual gobierno, hecho quizá fortuito porque pudo estar en el anterior, dijo: necesitamos que la gente se enamore de la megaminería. Ya dije que el enamoramiento no precede al amor. Anticipa el sometimiento. Y de eso se trata. Del más brutal sometimiendo al hiperconsumo electrónico que necesita más litio que agua. Que de paso también la roban. Por eso la Seguridad vuelve a ser el divino tesoro porque permite quedarse con muchos tesoros. Y el Sermón de la Seguridad necesitaba una cara de mujer. Exquisita trampa patriarcal. Y la elegida fue la creadora la de la política quántica. La microfísica del poder según Patricia Bullrich establece un principio de indeterminación. Cuando conocemos la velocidad de Patricia, perdemos su ubicación. Ha pasado por tantos espacios y partidos políticos, que es el caso más notable de nomadismo estable.
Algunos recuerdos del reciente pasado: “En el contexto de la llamada «ley de déficit cero», Bullrich impulsó y firmó el decreto que estableció la reducción del 13 % a los haberes de los trabajadores estatales y de las jubilaciones, cuyos montos fueran mayores a los ARS/USD 500 (pesos argentinos convertibles a dólares estadounidenses al mismo valor). Durante su gestión el desempleo se elevó del 15 al 21 %.” Cuanta piedad, misericordia, caridad.
“El día 22 de diciembre, la Gendarmería Nacional reprimió con violencia una manifestación de empleados de una industria avícola que había cortado la Autopista Ricchieri, acceso al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, tras ordenar a los manifestantes abandonar el corte en un plazo de cinco minutos. La represión, que consistió en dos cargas separadas por algunas horas, incluyó el uso de palos, balas de goma y camiones hidrantes, dejando entre diez y doce trabajadores heridos, de acuerdo al testimonio de los manifestantes. Cristian Villalba, delegado de los trabajadores, denunció que las agresiones no fueron iniciadas por los trabajadores de Cresta Roja sino por activistas políticos infiltrados en la manifestación. Bullrich declaró a los medios que fue ella quien dio las órdenes a la Gendarmería para desalojar a los manifestantes y que se utilizó «el mínimo de la fuerza».
Lo dicho. Patricia Bulrich, bautizada La Piba por Hugo “bulldog” Moyano, es una oda a varias formas de la crueldad. Pero visitar a gendarmes que balearon a niños murgueros, es un acto de sedición cultural. Porque la construcción cultural es efecto de la alegría, de los vínculos deseantes, del arte y de la fantasía. Los primeros guerreros cuidaban a sus pueblos, a las mujeres, a los niños. No eran fuerzas de ocupación. No olvidemos que los soldados argentinos en Malvinas tenían como principal enemigo a sus propios oficiales. Una lástima que La Piba fuera ganada por la crueldad. Sin duda será castigada aunque no sepamos cuándo, cómo y por quién.
Quizá un tratamiento de rehabilitación por su adicción a la crueldad, deba incluir ver varias veces por día la película “El Pibe”. La ternura de Chaplin como antídoto al veneno de la crueldad institucionalizada. De “El Pibe” a “La Piba” hay un tránsito del amor al horror. De la ternura a la crueldad. “Ternurando” titulé un trabajo para la Agencia. No estoy seguro que sea el único antídoto. Pero es el componente esencial para no ser más papistas que el papa ni más crueles que los crueles a los cuales debemos combatir.
A la crueldad se la enfrenta con ternura y con violencia, y más que les pese a los profetas de los pacifismos traidores, no solamente pueden ir juntos, sino que son una maravillosa pareja. La violencia es la partera de la historia. Y con ternura haremos que esa historia sea la del deseo, el amor, la alegría y la fantasía. La historia será una murga o no será.
Edición: 3099
Suscribite al boletín semanal de la Agencia.
Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.
Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte