Etiqueta: pobreza

La vida fuera de las agendas del debate

El debate presidencial –el primero y el segundo- es la fotografía viviente del divorcio. Hay una agenda temática que juega al como si y que se arroga la preocupación por el destino de un país en el que hay 20 millones de empobrecidos que ya no saben siquiera qué trole hay que tomar para seguir.

Negacionismo y niñez

Si el negacionismo fuera un discurso ya sería grave. Pero lo realmente grave es que la práctica negacionista es letal y no le importan las leyes. Las leyes que tienden a proteger derechos son fácilmente obviadas. Hay Imperios más fuertes que el de la Ley. El Imperio del Poder, sin ir más cerca. El negacionismo abarca mucho y aprieta más.

El yate y la visibilidad salvaje en una sociedad que implosiona

El yate, el debate y la lejanía de los que gobiernan. Lejos de la revolución, las víctimas de las dirigencias amputadas de sensibilidad no explotan: implosionan. En un fenómeno que no incomoda a los poderosos sino que destruye aún más los hilos que pespuntean una estructura social en derrumbe.

Así no es la vida

Hay tantos miedos a la libertad, según enseñó Erich Fromm que se disuelve todo en amor a la esclavitud. Las guerras de liberación han sido olvidadas y hoy celebramos los triunfos de la alienación. En su momento, Gregorio Baremblitt me dijo que uno se podía alienar con cualquier cosa incluso con la teoría de la alienación. Y así es nomás.

La Generación de Cristal y los viejos espejos de colores

Historias atravesadas por sometimiento y opresión: un mercado laboral inexistente, una proyección identitaria que no trasciende el hoy y los sueños. Como antecedentes, el historial de derroteros genealógicos: son hijos y nietos de trabajadores que, bajo la premisa del esfuerzo que todo lo consigue, tienen que seguir yugando para poner un plato de comida en la mesa.

Paltas y propiedad: la ley de gravedad

Robó 16 paltas de un árbol en una escuela. La justicia desplegó toda su maquinaria para juzgarlo. Al árbol se llegaba desde la calle, el hombre no hizo nada que pusiera en peligro a la niñez asistente y lo hizo para evitar el hambre de su familia.

¿Por qué no lloras por mí Argentina?

No hay pobres. Solamente hay empobrecidos. De varias generaciones. Y empobrecedores, que ostentan la dudosa legitimidad de considerarse ricos y famosos. El afirmacionismo democrático representativo no registra esta masacre de niñas, niños y jóvenes.

El asesino, el torturador y un globo rojo

Niñas y niños que han visto a su madre violada, golpeada, humillada. Que han vivido con terror cotidiano. Cada día peor que el anterior. Ni siquiera con incertidumbre, que para muchos es la peor situación. Pero la peor situación es la certidumbre plena de que hoy la pasarán peor que ayer. 

Y la infancia no aparece

Y la infancia no aparece en los discursos. Ni en las perspectivas de amanecer que son tan mezquinas. No aparece en las campañas ni en el reparto del ajuste propio, el que el mismo gobierno acorralado por un acreedor que podría haberse neutralizado con coraje, asume como costo a pagar: la dignidad y la felicidad de las madres y los padres de los 7 de cada 10 niños pobres.

Los únicos privilegiados no son los niños

En la actualidad de la cultura represora, los únicos privilegiados no son los niños. Apenas son un puñado de adultos que detentan más poder que el Estado Empobrecido. Así paga el diablo a sus cómplices más serviles. Ya no se trata de restaurarles privilegios. Pero sí se trata de no seguir arrancándoles sus derechos.

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