Las carretillas sin música siguen rodando y la única música que acompaña es un bocinazo que suena a conjura de las miserias. La movilidad social ascendente nunca perforó el “techo de cristal y cemento” que separa a la clase baja y media de la clase alta y super alta. La movilidad social descendente perforó todos los suelos de cristal, tierra y cemento y la caída es sin final.