Los sabios del Oriente creyeron que se podía engañar al genocida con generalidades. Objetivamente fueron cómplices de la masacre. La tragedia es que los Herodes siguen asesinando niñas y niños y ni siquiera necesitan a reyes disfrazados de magos con regalos. Se creyeron magos y sabios y apenas fueron un delivery del tirano.