“A la gente de La Matanza le encanta cagar en un balde”, dijo el economista asesor del presidente. Un coro de fans salió a repetir lo negros, burros, pobres y desgraciados que eran todos los votantes contrarios que fastidiaron a lo que gobierna. Siete de cada diez chicos son pobres. Nadie cambia ese número. Sólo suma el racismo y el odio de clase.