Si la lucha son todas las luchas, hay una necesaria continuidad entre niñez, jubilados y pueblos originarios. La democracia fetiche necesita hacer negacionismo de todo origen. La cultura represora, el Gobierno de Ocupación, las derechas no toleran conocer ningún origen porque necesitan indultar los destinos. Por eso somos parte del nuevo malón de la justicia y de la paz.