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Por Carlos del Frade
(APe).- -Algún día me van a matar – dice Marta Maidana, habitante de Vía Honda, en la zona oeste rosarina. Denunció a la familia Luna como responsable del narcotráfico en el barrio y el 11 de julio pasado, mientras estaba con su esposo, sus cuatro hijos y sus seis nietos comiendo pescado frito, mataron a su nuera, Patricia Obregón, de un tiro en la cabeza e hirieron a su marido que todavía no pudo volver a caminar.
Las crónicas policiales continuaron. “El viernes 17 de julio, cuando el sol empezaba a caer, Brian (un sobrino de Marta, de 14 años) fue atacado cuando salía de una verdulería. Dos jóvenes –integrantes de la banda narco, según denunció su tía– lo acorralaron y le dispararon desde cerca. El chico tuvo que ser internado con una herida en la ingle: la bala le rozó un testículo. ´Le dispararon a una criatura, a esta gente no le importa nada”, maldice Marta´, sostiene una de esas notas periodísticas.
Ese episodio desató la indignación de los vecinos que quemaron algunas casillas de los Luna.
-Acá vendían droga, en este lugar la Policía vino y secuestró armas…Ahora se fueron, vuelven por las noches. A mí me siguen amenazando. Pero yo estoy jugada… La gente se cansó, pero tiene miedo. Entonces se van. La sensación es que al final siempre ganan los narcos – remarca la mujer.
Marta Maidana también recuerda que durante 2014 la Gendarmería derribó algunos lugares de venta de droga pero a las semanas ya estaban vendiendo en la vía, a la vista de todos. Y también afirma que “la gente que vende droga suele ser mala, pero cuida a los vecinos. Acá no pasa ni eso”, concluye Marta.
En ese mismo día (viernes 31 de julio de 2015) que Marta ocupaba la primera plana de un diario nacional, en Coronda, capital nacional de la frutilla, centro de la provincia de Santa Fe, se conocía el asesinato de Daniel Hernán Ontivero, de apenas 31 años.
La crónica sostenía que fue “asesinado a balazos la tarde del viernes, a escasos 200 metros de la cárcel de Coronda, era primo de Milton Damario, uno de los tres detenidos y procesados por el homicidio de Claudio "Pájaro" Cantero, quien fuera sindicado como líder de la banda de Los Monos. La autopsia confirmó que Ontivero, conocido también bajo el apodo de "El Negro", fue ultimado delante de su concubina y su pequeña hija al ser alcanzado por cinco impactos de balas calibre 9 milímetros que le dieron en el cráneo, el pecho y la muñeca izquierda cuando fue abordado por dos sicarios, minutos después de que abandonara la unidad penitenciaria para tener su primera salida transitoria”, apuntaban los medios de comunicación.
"Por lo que se puede escuchar dentro del ambiente carcelario este crimen no sería una represalia por el crimen del 'Pájaro' Cantero sino un ajuste de cuentas dentro de la misma banda del 'Pollo' Bassi por temor a que Ontivero hablara", explicó una fuente.
Las noticias agregaron que “tanto Milton como Daniel crecieron en el mismo barrio Fonavi de Lola Mora e Hipócrates y fueron "piernas", como se conoce en la jerga a los cómplices en la comisión de delitos. Todo fue hasta que la caída en prisión de ambos marcó un distanciamiento. De hecho, sus departamentos en el Fonavi fueron allanados por orden del juez de Instrucción Juan Andrés Donnola en el marco de la investigación por el asesinato de Claudio Ariel "Pájaro" Cantero, ejecutado a balazos el 26 de mayo de 2013 a las puertas de un boliche bailable de Villa Gobernador Gálvez. Tras ello, la sola mención de sus nombres y apodos como sospechosos del homicidio los colocó en la lista negra de la banda surgida de las entrañas del barrio 17 de Agosto que juró, buscó y concretó venganzas por esa muerte”, concluía el artículo.
Horas después, en las alturas de la clase política, se conocía una denuncia sobre narcotráfico que roza al Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, por su posible relación con la venta de efedrina a carteles mexicanos.
En la Argentina crepuscular del tercer milenio, mientras las familias sumergidas en la sobrevivencia cotidiana denuncian el origen de sus dolores, en lo más selecto de las dirigencias sigue apareciendo la verdadera cara del narcotráfico: un negocio paraestatal permitido y alentado desde los nichos corruptos de las instituciones. Las distintas caras del capitalismo, la repetida dialéctica de la sangre de los desesperados y el dinero de los mercaderes.
Fuentes: Diario “Clarín”, viernes 31 de julio de 2015; “La Capital”, domingo 2 de agosto de 2015 y distintos diarios del martes 4 de agosto de 2015.
Edición: 2971
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