Rosarito

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Por Carlos del Frade

(APE).- Vuelva mañana -dicen algunos funcionarios tucumanos al padre de Rosarito Rodríguez, una nena desnutrida que desde junio de 2004 recibía cuatrocientos pesos mensuales para gambetear los efectos de semejante imposición de las minorías.

 

¿Cómo será el alma del que le dice al padre de una chiquita desnutrida que vuelva mañana?

¿Qué extraña alquimia le hará pensar al decidor del desprecio estatal que el padre de Rosarito tiene la misma entidad que cualquier otro expediente y que, por lo tanto, puede recibir el mismo trato?

En diciembre de 2003, Rosarito Rodríguez llegó al Hospital de Niños con un cuadro de desnutrición grado tres.

La justicia, en junio de 2004, emplazó al gobierno tucumano a proveerle comida, medicamentos y asistencia por seis meses.

Rosarito, hoy con cinco años, recuperó la salud. Pero los plazos se cumplieron y entonces aparecieron los oscuros funcionarios que funcionan para la planificada oscuridad estatal que repetían su burocrática condena: “vuelva mañana”.

“Yo no tengo trabajo, no recibo ningún plan social y, aunque Rosarito está bien, necesita el subsidio”, dijo José Angel Rodríguez, el padre de la nena, a los medios de comunicación tucumanos.

Los abogados de la familia sostienen que "los padres rindieron cuentas sobre el destino de los fondos durante los seis meses. Al momento de renovarlo, presentamos un plan mucho más abarcativo, que incluía atención para los cuatro hermanitos. Pero, desde hace más de dos meses no cobramos el dinero", expresó el profesional.

"En ningún momento la Secretaría de Políticas Sociales dejó de entregar los medicamentos y los alimentos no perecederos a la familia de Rosarito Rodríguez, la niña que en 2003 ingresó en el Hospital de Niños con una desnutrición de tercer grado", sostuvo Beatriz Mirkin, titular de la repartición.

Pero también admitió que hay una demora en la entrega del subsidio.

Una demora, una cuestión de tiempo. Esa forma del desprecio que se oculta detrás de la frase “vuelva mañana”.

Lo cierto es que Rosarito no recibe la ayuda desde el mes de marzo.

Ahora la desnutrición ha vuelto a crecer en el cuerpito de la nena. La ayuda impuesta por algunos jueces hizo retroceder la enfermedad al primer grado. Pero desde el corte del subsidio, saltó al segundo grado.

Consecuencia del “vuelva mañana”.

"Dicen que no hemos completado un trámite para ampliar la partida, pero no es motivo para que el Estado corte el subsidio de 400 pesos. Que la niña vuelva a estar desnutrida es un problema del Estado, y no de la Clínica Jurídica ni de la familia de Rosarito", remataron los abogados de la familia.

Rosarito es la cara de Tucumán y del país real.

Del que recuerda aquellos versos enamorados y urgentes del poeta Armando Tejada Gómez que decía: “De ver el país por dentro no me caben / los ojos en la cara: rostros y voces, nombres y apellidos / me acosan preguntando por el futuro que jamás empieza, / por la reforma agraria, por las postergaciones y el bochorno / del latifundio rata, por el sometimiento que nos urden / a espaldas del alba, por el miedo animal que merodea / con sus brujas gendarmes, por los niños que crecen casi inermes / entre tanta mentira organizada, entre décadas de hambre y de desprecio / y discursos y salmos que no cree ni dios porque ayer mismo / un niño murió de hambre y en La Rural un toro batió todos / los récords de subasta y en Inglaterra a Borges lo nombraron / doctor honoris causa… Por eso cuando vuelvo demolido / de ver a mi país crucificado estalla en mi guitarra como un grito / el silencio que traigo”.

Será tiempo que Rosarito estalle en guitarras y otros tantos sonidos porque su condena no admite que vuelva mañana.

Fuente de datos: Diario La Gaceta - Tucumán 25 y 26-07-05


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