Radiografía narco

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Por Carlos Del Frade

      (APe).- La expansión de la venta y los barrios. El barómetro del narcotráfico y las adicciones en la Argentina, un estudio de la Universidad Católica Argentina, es uno de los primeros estudios serios de esta tragedia que envuelve a Rosario y que se está enquistando en las ciudades más populosas del país. Entre las principales conclusiones se destaca que “la expansión de la venta de drogas en los barrios más vulnerables, particularmente en villas de emergencia y asentamientos está asociada tanto al déficit en la presencia estatal, que se manifiesta en las dificultades para el acceso a derechos vinculados al hábitat urbano (vivienda, servicios, infraestructura básica, protección, etc.), como así también en las pocas posibilidades que presenta el mercado de trabajo a sus poblaciones.

Con base en la falta de oportunidades educativas, laborales y las dificultades que se presentan en este contexto para llevar adelante proyectos de vida, el reclutamiento de los jóvenes por parte de las redes de delito organizado resulta más efectivo. La posibilidad de mayores ingresos que a los que podrían acceder con un empleo precario, y la perspectiva de adquirir sentido de pertenencia y reconocimiento al interior de estas redes, se constituyen como elementos que motivan el ingreso de jóvenes en situación de vulnerabilidad a esta actividad, sin dudas a un precio muy alto”, apunta la investigación.

En forma paralela, “la falta de oportunidades y las dificultades del Estado para hacer efectivas sus regulaciones se presentan como algunos de los determinantes de la emergencia de redes de delito organizado en los barrios más vulnerables. Cabe aclarar que las personas que habitan en estos territorios son gravemente perjudicadas por la expansión del narcotráfico. Por una parte existe mayor exposición al tráfico y a las adicciones con consecuencias negativas para la salud individual y para el bienestar de los grupos familiares afectados.

Al mismo tiempo los residentes en villas, asentamientos y barrios vulnerables tienen mayores posibilidades de ser víctimas de hechos violentos producto de organizaciones delictivas. Por otra parte, cabe destacar que el establecimiento de redes de comercio ilegal contribuye a la construcción de territorios estigmatizados que afectan negativamente a sus habitantes, que además y como consecuencia tienden a ser objeto de la violencia estatal que se manifiesta en abusos y arbitrariedad por parte de las fuerzas de seguridad”.

En el principio de la segunda década del tercer milenio.

También dice el estudio que “a lo largo del período 2010-2014 tuvo lugar un incremento en la percepción sobre la existencia de venta de drogas en los barrios. Entre esos años el registro de venta de drogas en los barrios se incrementó un 50% llegando este reconocimiento al 45% de los hogares urbanos. La evolución tuvo un incremento abrupto entre los años 2010 y 2011 para experimentar posteriormente un aumento constante”.

Que el registro de venta de drogas es mayor en los barrios con falta de presencia policial. Sin embargo, se destaca que entre los años 2010 y 2014 el incremento en la percepción sobre venta de droga creció en proporciones similares tanto en los barrios con presencia policial como en los que se registró falta de la misma.

Que si bien el registro de venta de drogas es mayor en los barrios con falta de presencia policial, se observa que dicha relación es más fuerte para los barrios de nivel socioeconómico medio y medio alto, mientras que la mayor o menor presencia policial no altera significativamente el registro de venta de drogas en barrios de nivel socioeconómico bajo/vulnerables ni en villas y asentamientos.

Más de un millón y medio de personas afectadas

En forma paralela, las adicciones severas registraron ser un problema en el 3,6% de las familias urbanas de la argentina correspondiendo a una población de 459.966 casos en el año 2014. En dichos hogares habitan 1.524.350 personas que se incluyen dentro de una situación de vulnerabilidad por ser parte o estar afectados por el problema.

El consumo problemático de alcohol es el principal flagelo en las familias (2,7%), seguido de la adicción a las drogas ilegales. Estas últimas se registran en el 1,9% de los hogares urbanos (242.759 casos). La adicción asociada tanto a alcohol como a drogas ilícitas se hace presente en al menos el 0.9 % de los hogares (114.991 casos). Las adicciones severas al alcohol, drogas o a ambas se manifiesta más en aquellos hogares donde hay integrantes jóvenes de entre 14 y 25 años. Si bien en los más jóvenes se observa mayor problemática alcohólica las diferencias generacionales hacia la adicción a dicha sustancia es casi similar en los tres grupos comparados. Al comparar los hogares en los que los integrantes tienen 45 años o más, la drogadicción se duplica entre los grupos de familias con componentes entre los 26 y los 44 años, en tanto que se triplica en aquellos que pertenecen al grupo más joven.

El destino

La creencia de control externo, referida a la convicción de que lo que ocurre es resultado del azar el destino o la influencia de otros con mayor poder, en lugar de creer que es un producto del propio comportamiento. Es notorio como en las personas en cuyo hogar existen adicciones se percibe en mayor medida que los eventos no pueden ser controlados y se instala una falta de valoración del esfuerzo y de la dedicación personal por estimar la eficacia del propio accionar para producir cambios. Sin embargo en los individuos que tienen una familia sumida en la drogadicción la creencia de control refiere más a lo interno.

La percepción de infelicidad se muestra el doble en aquellos encuestados que indicaron presentar problemas de adicciones en el hogar ya sea por alcohol o drogas, sin embargo en el análisis exclusivamente de las personas integradas en familias con adicción a las drogas muestra muy poca diferencia con los que no tienen esta situación.

El afrontamiento evitativo es utilizado de manera más habitual en aquellas personas que atraviesan una problemática en el hogar referida a toxicomanías. La mitad de las encuestados con problemas de adicciones en el hogar dijeron tener un modo de afrontar que se caracteriza por minimizar la situación, ya sea ignorando su existencia, escapando de la misma o evitando tomar la responsabilidad de resolverla. Si bien la drogadicción en el contexto familiar también se asoció con un estilo evitativo de afrontamiento, esta fue levemente menor que el grupo de personas donde se incluyen de manera indiferenciada a los hogares con adicción al alcohol y las drogas.

La percepción de no contar con una red de apoyo o contención frente a necesidades es mayor en las personas con hogares sumidos en la adicción a las drogas, aunque en aquellas que tienen una familia con algún tipo de adicción severa también es por encima de los personas que no tienen hogares con dificultades toxicomanías.

Ideas

Si bien los individuos con algún integrante con toxicomanías en el hogar mencionaron falta de apoyo social afectivo, una de cada 4 personas que pertenece a un hogar con problemas de adicciones severas por alcohol y/o drogas dice no contar con alguien que le demuestre amor y cariño, este déficit se minimiza a la mitad entre las personas con hogares sin adicciones. La lucha contra el narcotráfico no puede fundarse en una acción represiva sobre las víctimas ni sobre los eslabones más precarios de la cadena sino que debe centrarse y extremar esfuerzo en erradicar las organizaciones delictivas, circuitos económicos y políticos que protegen y promueven la venta y consumo de drogas ilegales.

Es necesario establecer un consenso amplio entre las principales fuerzas políticas y organizaciones sociales del país sobre políticas estratégicas que tengan como área prioritaria tanto la erradicación de las bandas delictivas como la inclusión social de las poblaciones en riesgo.

La prevención del consumo de las sustancias psicoactivas se vincula a la distribución y comercialización de drogas. En este caso, la conducta preventiva debería centrarse en intervenciones que interrumpan y eviten la producción, venta y tráfico de las drogas en espacios comunitarios.

La prevención de las adicciones debería entenderse como un proceso integral para promover un cambio en la situación actual en toda su complejidad, a través de una propuesta para el desarrollo de acciones y proyectos preventivos basados en la participación comunitaria y la coordinación de diversas instituciones y actores sociales.

El registro de venta de drogas en el barrio desciende de manera poco relevante ante una mayor presencia policial, con excepción de los barrios de nivel socioeconómico medio, donde la presencia de fuerzas de seguridad logra mayor impacto. Esto estaría indicando que en los barrios más pobres o medios profesionales existe un déficit de control, falta de efectividad o connivencia policial con esta forma de comercio ilegal.

En hogares donde son más precarias las condiciones socioeconómicas, educativas, laborales y residenciales se registran mayores índices de drogadicción. Mejorar la calidad educativa, crear un hábitat inclusivo, acceder a mejores escenarios de vida y de empleo son factores que reducen de manera significativa en riesgo a adicciones en los sectores más pobres.

El perfil de los hogares extendidos o nucleares incompletos muestra que determinado entorno familiar constituye un factor asociado a las adicciones, creando una especie de efecto múltiple en donde la composición del hogar influye en la adicción así como la adicción repercute negativamente sobre la convivencia familiar.

Crear recursos y fortalezas psicosociales a través de modos adecuados de afrontamiento, de actitudes frente a la externalidad y de contención social, mejoran la calidad de salud tanto física como mental de las personas que se encuentran atravesadas por un contexto familiar con adicciones.

Los indicadores emocionales manifiestan una implementación de ayuda desde los profesionales de la salud mental que no se refleja en la concreción de tratamiento o búsqueda de atención por parte de las familias afectadas por adiciones.

Fuente: “Barómetro del narcotráfico y las adicciones en la Argentina. Serie del Bicentenario 2010- 2016, Nº 1 año 2015. Aumento del tráfico de drogas en los barrios, problemas de adicciones severas en las familias y poblaciones de riesgo”, acaba de ser presentado con Agustín Salvia como coordinador; Juan Ignacio Bonfiglio; y Solange Rodríguez Espínola. Universidad Católica Argentina, mayo de 2015.

 Edición: 2923


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