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Por Alfredo Grande
(APe).- Escuchadme. Estoy en la edad en la que como no puedo dar malos ejemplos, apenas puedo dar buenos consejos. Así me lo enseñó Oscar Wilde, y cuando lo escuché me pareció que mi tiempo de dar malos ejemplos era eterno. Quizá ni siquiera sean buenos consejos los que puedo dar. Pero he aprendido que es más importante saber de quién hay que alejarse que tener alguna idea de con quienes conviene acercarse. Unidos, pegoteados, ensamblados, compactados con todo aquello que nos hace pelearnos contra nosotros mismos, pelearnos contra todos aquellos que pueden enseñarnos, orientarnos, ubicarnos, conducirnos.
Proletarios del mundo, que han sido bautizados como indigentes, población excedentaria, pobres estructurales, obsolencia programada, y otras indignidades varias, alejaos de todas y todos que socavan vuestra conciencia de ser lo que son en forma colectiva. Ser lo que es con una impronta colectiva es lo que alguna vez denominamos conciencia de clase.
Alejaos de todo intento de conciliar, consensuar, apaciguar, aplacar, anestesiar, la furia, la bronca, el odio que toda sumisión y explotación de clase produce.
Alejaos de los falsos profetas que inventaron que pueda haber conciliación entre capital y trabajo. Porque ese capital es producto del robo sistemático, planificado, impiedoso de vuestro trabajo productor de riqueza para los dueños del capital.
Proletarios del mundo, alejaos muy especialmente de las profecías reaccionarias al estilo de “más propietarios, menos proletarios” porque no seréis propietarios y habrán amputado vuestra conciencia proletaria. Proletarios del mundo, al menos proletarios de esta parte del mundo que debería llamarse la “Anónima Argentina”, porque la República ha sido privatizada, ocupada, humillada.
Alejaos de los cantos de sirenas de los partidos políticos, que aceptan ser la oposición de su majestad, para mantener el orden de explotación, exclusión y desamparo que produce pobres y marginales.
Proletarios del mundo, o al menos de nuestro mundo, alejaos de los disfraces y maquetas del imperio, que pueden crear desde generales majestuosos hasta gobernantes verdugos.
Alejaos del odio y el desprecio hacia vuestros hermanos de clase y dirijan la bronca, la indignación, la violencia y el odio contra todas las formas que el látigo del amo ha sabido inventar.
Proletarios del mundo alejaos de toda lucha por el socialismo, por el reino dios en la tierra, por la propiedad colectiva de los medios de producción, desde las fábricas hasta los bancos, que no declare al mismo tiempo la guerra a todas las formas del patriarcado. Que son muchas y siempre están fabricando nuevos disfraces.
Alejaos también de toda lucha antipatriarcal que no reconozca que sin revolucionar la cultura y la política de sus lacras jerárquicas, religiosas, civiles, militares, el patriarcado Fénix resucitará de sus cenizas.
Alejaos de toda la maquinaria discursiva que habla de crisis, de que estamos complicados, que siempre que llovió paró, de que no hay mal que dure cien años.
Alejaos de las luchas tribales que solo tiene como objetivo dirimir supremacías de poder dentro de la clase dominante.
Alejaos de todas las tentaciones de los demonios capitalistas, porque serán mucho más que tres. Y aunque el hombre no viva solo de pan, también necesita de la multiplicación de panes y peces para vivir en comunidad abierta y feliz.
Proletarios del mundo alejaos de todos los mandatos culturales que os piden abrazar vuestros carniceros con el formato servil de una urna. La lucha de los originarios y la lucha de los “destinarios” es una sola y la misma lucha. Porque llegaron para robar, asesinar y destruir culturas y creencias. Y nuestro origen de masacres y genocidios, lo perpetúan en nuestro destino de holocaustos, producción de miseria y fábricas de muerte.
Alejaos de todas las formas de la iglesia sacerdotal y acercaos a todas las formas de la iglesia profética. Y alejaos de todas las formas de sacramentar las luchas, porque el ángel exterminador prepara no solo la lucha de pobres contra pobres, sino el exterminio de pobres contra indigentes, excluidos, marginales, refugiados.
Proletarios del mundo alejaos de la idolatría del poder burgués. No es lo mismo un cooperativista que un pequeño burgués sin plata.
Alejaos de la idolatría del Estado, que cuando proclama ser benefactor con los pobres, es mucho más benefactor con los ricos.
Alejaos de la solidaridad como estrategia del capital. Alejaos del amor como estrategia del capital.
Alejaos de la responsabilidad como estrategia del capital. Los terratenientes y los capitaltenientes, buscarán en vuestra bondad las formas edulcoradas para que se suiciden. Al contado y en cuotas.
Alejaos para siempre de todas las idolatrías. Del arte, la política, el deporte. Los ideales de vuestros enemigos son las realidades de vuestra sumisión.
Alejaos de las terceras marcas para buscar las marcas profundas de la autogestión de los trabajadores de la tierra sana.
Alejaos de la idolatría de la riqueza, porque incuba la culpa en el alma del pobre
Alejaos setenta veces siete y más también, de todas las formas de la cultura represora. Incluso de aquella de la que somos portadores.
Proletarios del mundo: si podéis alejaros de mucho más que tres tentaciones, entonces la profecía revolucionaria también renacerá.
Los proletarios del mundo volverán a estar unidos.
Edición: 3730
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