Pan nuestro

Hoy, cuando la noche parece estar cercana, sólo queda amasar harina y agua convencidos de que metemos mano en el futuro. Sabiendo desde los dedos, desde las palmas anchas y las muñecas dobladas sobre la masa que hay un trozo de lo que vendrá que tendrá la forma que soñamos.

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Por Silvana Melo

(APe).- Dicen que hoy, 16 de octubre, es el día del pan. Un día azaroso en la historia que nos sorprende amasando en harina y agua un futuro que nos está quedando chato. O es que a la historia nuestra se le olvidó la levadura. Este pan se burla de los calendarios que guardan un día para celebrarlo. Porque suele faltar en las mesas descalzas el resto de los almuerzos y de las cenas y de los desayunos.

Panipan, la panadería de Pelota de Trapo

Hoy, cuando la noche parece estar cercana, sólo queda amasar harina y agua convencidos de que metemos mano en el futuro. Sabiendo desde los dedos, desde las palmas anchas y las muñecas dobladas sobre la masa que hay un trozo de lo que vendrá que tendrá la forma que soñamos. Un pan redondo, dorado, abierto en el medio para recibirnos, tibio y crujiente. Cordial, sobreviviente de los restos del corazón, con esa maravilla que aplica el lenguaje a las vísceras y a la alegría. A la saciedad del cuerpo y del alma, imprescindible para resistir a los tiempos que vendrán, lobos camuflados en su impostura.

Mañana, cuando ya no sea el día del pan, estaremos como siempre amasando porvenires y sueños. Aunque haya tanta puerta que se cierra en nuestra nariz.

Lo hacemos en Panipan, donde nuestras niñas y nuestros niños aprenden a poner las manos en la masa. Para atrapar los mañanas que se escabullen. Y decirles a los lobos que aquí estamos. Tiernos para vencer. Como nuestro pan.


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