Orwell, tercer milenio

Por Carlos del Frade

(APE).- Eric Blair, más conocido por su seudónimo, George Orwell, dijo en su novela “1984” que “hay veces en la historia que sostener que dos más dos es igual a cuatro se convierte en un delito peligroso”.

El problema no era matemático, sino político.

Orwell describía un mundo totalitario en donde la verdad se cambiaba de la noche a la mañana y en donde lo central estaba en el control de las vidas a partir de la televisión y el Ministerio del Olvido.

Los números podían decir muchas cosas al mismo tiempo, pero las convicciones y sensaciones personales eran consideradas subversivas, especialmente si estaban destinadas a ser compartidas con los otros.

Las matemáticas y los números dicen cosas de la vida humana, afirmaron tipos notables como Pitágoras y Einstein y ambos estaban convencidos que las cifras debían servir para encontrar la verdad y a partir de entonces un futuro mejor para todos.

Eran sus ideales. Sus búsquedas políticas.

Hoy, de acuerdo a los celebrados números oficiales que hablan del descenso de la pobreza, la desocupación y la indigencia, en la Argentina queda claro que Orwell les gana por goleada a Pitágoras y Einstein.

Una cuestión de números, una cuestión política.

Según el Centro de Economía Regional y Experimental, una familia compuesta por una pareja de adultos y dos pibes, necesita 2.150 pesos para vivir con dignidad en esta primera década del tercer milenio en estos arrabales del mundo.

Semejante cifra significa que 84 de cada cien argentinos son pobres.

Una cifra que, obviamente, molestará al gobierno y a su incontable coro de numerólogos adictos.

De acuerdo a las estimaciones oficiales, con 843 pesos y chirolas, una familia deja de ser pobre.

Sin embargo, la sensación térmica existencial dice que con esa cantidad de dinero apenas se llega a determinada altura del mes. Que ni siquiera alcanza para empatarle al fin de mes.

Pero las sensaciones no son científicas. Como tampoco lo eran las urgencias que tenían Pitágoras y Einstein sobre el amor, la belleza, la justicia y los sueños colectivos de la humanidad.

Los números oficiales, las cifras políticas que establecen la verdad, hablan de una desigualdad de casi 32 veces entre los que más tienen y los que menos poseen en la Argentina. Eso fue admitido por la ministra de economía.

Es difícil que se acepte lo que dicen los muchachos del Centro de Economía Regional y Experimental.

Porque son números no oficiales, son matemáticas clandestinas. Y ya no sería una cuestión de economía, sino política.

Y ya se sabe: en ciertas épocas de la historia es peligroso decir que dos más dos es igual a cuatro.

Especialmente en un territorio en donde parece ser que Orwell le gana la parada a Pitágoras y Einstein.

Fuente de datos: Diario La Mañana de Córdoba 13-02-06