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Por Carlos Del Frade
(APe).- Hugo Moyano es, además de tantas otras cosas, el presidente de Independiente de Avellaneda. El dirigente es, tal vez, una las metáforas más claras del viaje al revés que hicieron los clubes del fútbol argentino en relación a sus valores sociales que marcaron sus orígenes.
La página oficial del club dice que “allá por 1900 se inauguró un nuevo local de la tienda “A la Ciudad de Londres”, en la esquina sudeste de Avenida de Mayo y Perú, con entradas por Avenida de Mayo 570 y 600, Victoria 599 y Perú 92. Una gran tienda con estilo europeo donde se conseguían trajes, vestidos, zapatos, toda la moda masculina y femenina”, remarca esa historia oficial.
Agrega que “las grandes tiendas de la época nutrían con mano de obra nacional a nuevos equipos de fútbol que irían desplazando la preeminencia británica de las empresas y colegios extranjeros. El equipo de “A la Ciudad de Londres” se denominó Maipú Banfield. Participaba de partidos amistosos y de desafíos intercomerciales con otras tiendas y fábricas. Había una superpoblación en las diferentes alineaciones, lo que provocó una purga en las varias divisiones que jugaban amistosos. Obviamente quedaron excluidos los jugadores de menor edad”, apunta la información de Independiente.
Un grupo de jóvenes amigos que “trabajaban como cadetes y vendedores, se sintió particularmente afectado ya que uno de ellos, Marcelo Degiorgi, era el back titular de la alineación y debió dejar la misma sin demasiada explicaciones. Esto, aunado al hecho de que debían de seguir abonando igual cuota social que los adultos que acaparaban los puestos titulares en el equipo de fútbol, hizo que hartos de la situación planteada decidieran abrirse paso por sí mismos.
Los muchachos de las secciones menaje, zapatería y modas comenzaron a pergeñar la conformación de un nuevo equipo de fútbol para poder jugar sin depender de las decisiones de los mayores. Finalmente, el jueves 4 de agosto de 1904 decidieron realizar una reunión de elementos excluidos del equipo. El lugar elegido para la reunión fue el Almacén de los hermanos Telésforo y Policarpo Fuertes, que quedaba frente a la tienda: en Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) N° 584, en lo que es actualmente parte del Palacio de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Allí los ocho originales debatieron el destino de este desprendimiento. Algunos sugerían unirse a Atlanta Athletic Club, pero en medio del debate otro de los oradores reprochó enojado: “¡Qué Atlanta ni ocho cuartos! ¡Nosotros tenemos que tener un club independiente!” Y Rosendo Degiorgi gritó exaltado: “ahí está el nombre: ¡Independiente! Nos llamaremos Independiente”. De más está decir que la moción fue aprobada por aclamación”, dice esa historia oficial. Era Independiente de los patrones. Hoy, el presidente que hereda ese origen es, nada menos, que Hugo Moyano.
La mayoría de los dirigentes de la AFA que hoy están en el ojo de la tormenta proviene de clubes cuyos días iniciales fueron consecuencia de la conciencia de clase.
“El 1 de mayo de 1906 un grupo de amigos fundaba el Club Atlético Chacarita Juniors en el local de la 17.ª sección del Partido Socialista, ubicada en las esquina de Dorrego y Giribone (hoy Córdoba). Su nombre no trae muchos secretos, ya que el Chacarita es por el barrio y el Juniors, en alusión a la juventud que era la que le había dado vida al hoy Tricolor.
Sus colores, el rojo, el blanco y el negro, también tienen su origen. Se escogió al rojo por el socialismo, al cual estaban vinculados todos los miembros fundadores. El blanco se escogió por la pureza de sus miembros y el negro por la cercanía del cementerio. Un día después de la fundación, quedó registrado el nombre de Chacarita Juniors, y se conformó la primera Comisión Directiva, dirigida por máximo Lema, el primer presidente de la historia del club”, sostiene la historia oficial de Chacarita.
Algunos dicen que el color negro no solamente era por la cercanía con el cementerio sino también por el anarquismo.
Fuentes: Páginas oficiales de Independiente y Chacarita Juniors; “La ciudad goleada. Fútbol, lavado de dinero y poder”, tomos I y II, del autor de esta nota.
Edición: 3065
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