Olga

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Por Sandra Russo

(APE).- Cuarenta años después de que el médico pediatra Luis Arédez denunciara en Jujuy al Ingenio Ledesma por generar contaminación ambiental que provocaba daños irreparables en la salud de los pobladores, su esposa, Olga Arédez, infatigable luchadora por los derechos humanos, murió a causa de una enfermedad respiratoria que devino en cáncer, llamada bagozosis, cuyo origen es la inhalación del polvo de bagazos de la caña de azúcar.

En marzo de este año, el Comité de Defensa de la Salud, la Ética Profesional y los Derechos Humanos (CODESEDH) presentó un recurso de amparo contra el Ingenio Ledesma, por generar contaminación ambiental y poner en riesgo la salud de la población. Cuarenta años y cuántas muertes: la evidencia de poderes intocables e impunes.

Luis Arédez era vecino de la localidad de Libertador General San Martín. Ese médico pediatra fue más tarde intendente. Durante su gestión, entre junio de 1973 y febrero de 1974, presentó informes ante el ministerio de Salud provincial en los que denunciaba la contaminación ocasionada por los desechos de los bagazos del ingenio Ledesma. Como médico, había trabajado en el hospital local y conocía perfectamente el tema. En 1976, Luis Arédez fue secuestrado por gendarmes que usaban camiones del ingenio. Permanece desaparecido. La noche del 27 de julio de 1976, conocida como La Noche del Apagón, el ingenio Ledesma quedó a oscuras, y la oscuridad fue la señal de la zona liberada: el ejército y la gendarmería actuaron en conjunto: fueron secuestrados 400 trabajadores. De ellos, 30 nunca volvieron a aparecer.

Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio y miembro de una de las familias más poderosas del país, no se ha inmutado en estos años. Acumuló un inmensa fortuna, se mantiene inaccesible y hasta es presentado en el diario La Nación como un ciudadano respetable, dueño de una increíble pinacoteca, bajo el título de “El señor del Ingenio”.

Por su parte, Olga Arédez, que mantuvo su lucha durante todos los años que siguieron a La Noche del Apagón, murió en julio de este año, víctima de la misma enfermedad que su marido denunció. La noche de su entierro, uno de los médicos presentes tomó el micrófono y dijo estar dispuesto a “aportar las pruebas para demostrar que el bagazo que acumula el Ingenio Ledesma provoca enfermedades graves como el cáncer que mató a Olga”. Esa misma noche los abogados que llevan adelante el juicio sufrieron un robo de documentación.

Por su parte, uno de los abogados del CODESEDH, Francisco Cullen, afirmó que en 2004, Olga se había comunicado con ellos para iniciar acciones legales contra el ingenio. No quería resarcimiento económico sino parar la contaminación y la muerte que provoca la industria de los Blaquier. El organismo de derechos humanos, así, presentó un recurso de amparo que, créase o no, es el primero, la primera denuncia formal que recibe el Ingenio Ledesma en más de cuarenta años de sembrar enfermedad y de participar en secuestros y desapariciones. Atrás de algunos apellidos, se esconde la Argentina intocable.

Fuentes de datos: Diario Página/12 15-08-05 y Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh 22-08-05

 


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