No son reyes. No son magos

Los sabios del Oriente creyeron que se podía engañar al genocida con generalidades. Objetivamente fueron cómplices de la masacre. La tragedia es que los Herodes siguen asesinando niñas y niños y ni siquiera necesitan a reyes disfrazados de magos con regalos. Se creyeron magos y sabios y apenas fueron un delivery del tirano.
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Por Alfredo Grande

(APe).- En los lejanos tiempos cronológicos en los que fui niño, el 5 de enero era una noche muy especial. Venían los Reyes con regalos. Interés mata curiosidad y no me importaba demasiado de dónde venían, sino que solamente me importaba qué traían. La tradición familiar era que los Reyes Magos traían regalos consistentes. Pero ahora me doy cuenta de que mi primer alucinatorio político social fue la noche de reyes. La cuestión de fondo es que el relato era que los reyes llegaban en camellos, a la azotea de la casa. Le dejaba el pasto y el agua en el patio interno de planta baja. Se suponía que de la azotea bajaban por el muro, dejaban los regalos y se iban. Lo cual ocasionaba frecuentes pesadillas en las que a la mañana me encontraba con puré de camello, después de una caída en picada por la pared. Me sorprendí mirando varias veces la pared que desde la azotea finalizaba en el patio. Pero ya dije: interés mata curiosidad y los regalos justificaban “fingir demencia” el 6 de enero.

No creo que sea solamente mi caso, aunque también que un relato absurdo tenga crédito de verdad, o al menos de verosimilitud, si existe un beneficio que en ese momento eran los regalos. Muchos años después pensé que los regalos eran para obtener la credibilidad del regalo y que a caballo (regalo) regalado no se le miran los dientes ni el envoltorio. Dicho en otros términos: el pensamiento crítico sucumbe a los regalos de los reyes magos de turno.

No sé si debo considerar un mérito sólo haber aceptado regalos de mi madre y padre que sostuvieron el relato de los reyes magos. Era un relato más laico que clerical, pero relato al fin. Desconocía en ese momento la triste y trágica tarea de los Reyes magos.

“La historia que llegó hasta nuestros días es que tres Magos –o sabios- llegaron de Oriente a Palestina, guiados por una estrella. La Biblia, más concretamente el Evangelio según San Mateo –único libro que menciona el episodio-, dice que los Magos pasaron primero por Jerusalén, donde fueron a ver a Herodes y a preguntarle por el "Rey de los judíos", que acababa de nacer. "Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo".  Esto alarmó a Herodes, que consultó a sus sacerdotes y fueron ellos los que indicaron que, según la profecía, sería en Belén donde nacería el Mesías. Herodes les pidió entonces que, una vez que hubiesen encontrado al Niño, le avisaran, ya que él también quería "adorarlo".

La adoración de los Herodes de la historia ha sido repartir regalos de muerte y destrucción. Los reyes magos fueron a preguntarle a la persona equivocada y luego huyeron. Obviamente, los regalos no pudieron protegerlo. En este momento pienso que no son reyes ni son magos. Más bien oportunistas que se comieron el relato del capitalismo con rostro humano, o sea, del tirano que quiere “adorar” a su pueblo. “El relato trata sobre la orden dada por Herodes de ejecutar a los niños nacidos en Belén menores de dos años. Según el pasaje de Mateo, Herodes dio esta orden al verse engañado por los sabios del oriente que habían prometido proporcionarle el lugar exacto del nacimiento de Jesús”.

 Los sabios del Oriente creyeron quese podía engañar al genocida con generalidades. Objetivamente fueron cómplices de la masacre. La tragedia es que los Herodes siguen asesinando niñas y niños y ni siquiera necesitan a reyes disfrazados de magos con regalos. Se creyeron magos y sabios y apenas fueron un delivery del tirano.

Hoy el Rapi del poder destructor está de moda. Pensamiento crítico es hacer foco no en los regalos (que cada vez hay menos) sino en la masacre (que cada vez hay más); varios Herodes han gobernado y la única diferencia es que algunos han gestionado más regalos que otros. Pero la matanza de niños y niñas continúa desde esos tiempos.

Mientras varios se comen el alucinatorio político social que llaman macroeconomía, déficit cero, inflación en baja, consumo básico en caída libre, es obvio que los pocos sabios que quedan, los pocos magos que siguen creyendo, han negociado con Herodes. La frase cómplice es: “queremos que al gobierno le vaya bien”.  Yo solo quiero que al pueblo trabajador y no trabajador porque no hay trabajo, le vaya extraordinario. Y para eso Herodes (los Herodes) no pueden ser tolerados.

No soy rey, ni sabio, ni mago. Pero recuperé el pensamiento crítico. Y no hay regalo que me lo quite.


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